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martes, 19 de marzo de 2013

INMIGRANTES. En Rosario





Inmigrantes recién arribados de un barco
LA INMIGRACIÓN
en Argentina

El engrandecimiento del país se hará posible después de la ruptura del poder político centralizado y los grandes feudos, la nueva mentalidad otorgó importancia a lo económico y social a través de la colonización y emigración que marcharán paralelamente.

Gran parte del extenso territorio argentino después de la caída de Juan Manuel de Rosas, estaba gobernada por una elite de terratenientes y habitado por nativos.






Aarón Castellanos (1799-1880)

Alberdi, Sarmiento y otros preconizaron la necesidad de poblar el país traer masas de inmigrantes europeos.
En tiempos de la “Confederación”, (denominación de derecho que recibió Argentina desde 1853 hasta 1862, en la época del gobernador general Juan Manuel de Rosas), la entrega de tierras era el arma propagandística.
En el año 1853 se firma un contrato entre el gobierno de Urquiza y le empresa colonizadora de Aarón Castellanos

Al llegar a nuestro país, los inmigrantes tuvieron varias alternativas: convertirse en colonos (que les abriría el paso para llegar a ser propietarios de las tierras) o ubicarse como arrendatarios, sin la posibilidad de transformarse en propietario, llevando circunstancias adversas como los resultados de la cosecha y las obligaciones que les imponían los propietarios: trillar con la máquina que éstos le indicaran, venderle a él la cosecha y adquirir los artículos de primera necesidad en un comercio determinado.






Para incrementar la inmigración en marzo de 1854, arriban al puerto de Rosario los primeros extranjeros.
Durante el tendido de las líneas ferroviarias, que comenzaron en 1863, fue promocionada en Europa la posibilidad de trabajo y radicación en la Argentina.
Los gobiernos de Italia y España a través diferentes medios; ordenes religiosas, agentes de las empresas de colonización promocionaban con folletos lo favorable y exitoso para ocupaciones laborales e información para facilitarle el viaje.




Arando con caballos
En 1866 puede considerarse el arribo del primer contingente de inmigrantes (en su mayor parte de origen suizo, aunque había franceses y alemanes), para la colonización de “Esperanza”, la primera colonia estable fundada por Aarón Castellanos, en la Provincia de Santa Fe.
Entre 1863 y hasta 1874 arriban al país 94.000 inmigrantes, cifra que en 1874 subió a 313.000
Según datos del Censo Nacional de septiembre de 1869, de 1.737.000 habitantes, 211.000 son extranjeros: 72.000 italianos; 35.000 españoles; 32.000 franceses; 11.000 ingleses; 6.000 suizos; 5.000 alemanes; el resto pertenecía a países limítrofes. La actividad laboral se dividía en 40% agrícola, 30% industrial, y 30% domiciliaria.
Con el objeto de colonizar las distintas zonas del país, se otorgó a cada colono un campo de hasta 100 hectáreas.





Hospedajes para inmigrantes en Buenos Aires
En 1857 el gobierno en Buenos Aires, alquiló un edificio  en la calle Corrientes con la numeración 8; Las instalaciones eran deficientes y precarias, recibiendo ese mismo año un grupo de treinta y seis personas  de origen suizo.
En 1874, La municipalidad cedió un terreno de 8 manzanas en Palermo; construyendo casillas de madera y carpas. Al que denominó: "Asilo de Inmigrantes Provisorio de Palermo"; con una capacidad de 300 personas. Clausurado tiempo después por la peste de Cólera.

En 1882, un grupo fueron llevados hasta un local que ocupaba parte del terreno de la actual Plaza San Martín.
El gobierno decide instalar  el “Asilo de Inmigrantes”;  en el local que había servido para la “Exposición Industrial y Artística Italiana”, en Cerrito entre Arenales y Juncal. En 1884 se realizan tareas para ampliar sus instalaciones.


Depósitos de bultos de inmigrantes
De manera temporaria e intermite hasta comienzos de 1890 se utilizó “El Asilo de San Fernando”.
Con iguales objetivos, en 1886 se arrienda y reacondiciona, en Caballito, la quinta del Dr. José Ocantos; las quejas de los vecinos obliga a su cierre en 1888.
Hotel de la rotonda; conocido como el "Hotel de Inmigrantes Redondo", próximo a la estación ferroviaria. Funcionó desde 1888 hasta 1911.

En 1906, la empresa Udina y Mosca inicia la construcción del “Hotel de Inmigrantes”,  en Avenida Antártida Argentina 1355, Puerto Madero.
La edificación finalizó en 1911; de cuatro pisos con una capacidad de 250 personas,



Tranvía de los Inmigrantes, el servicio trasladaba desde el Hotel de los Inmigrantes; Buenos Aires, 1912.

Su objetivo alojar de modo gratuito a los  inmigrantes desembarcados procedentes de todo el mundo.

El complejo otorgaba: asesoramiento, atención médica, alojamiento y traslado de los inmigrantes a un destino según sus conocimientos y preferencias.
El hotel dejó de funcionar en 1953; en 1995 convertido en monumento histórico como Museo de la Inmigración.
Los inmigrantes en Rosario: El primer espacio para este fin, se estableció en 1870 en la zona portuaria; trasladado al año siguiente a Urquiza Nº 20 y Puerto, hoy es la arteria San Martín. Un local con capacidad para 300 personas.


  MANUAL DEL INMIGRANTE - Año 1902
(Difundido por las compañías de inmigración en Italia, que viajaban a la Argentina. año 1902).
- Cuando una banda toca el Himno Nacional, todos los presentes se
descubren la cabeza en señal de reverencia.
- A cualquier mujer, sea una dama o una lavandera, se le dice
habitualmente "señora". Llamar a una "donna" del pueblo "mujer", suena bien, ya que equivale a decir "hembra".
- Para llamar a la gente en la entrada de la casa, no se golpea ni se grita; se baten las palmas de las manos.
- Para llamar a un carruaje o para avisar desde lejos al conductor de un tranvía para que pare, no se dice "pss, pss, pss, sino "psiiió, psiiió".
- En los cafés hay siempre un lugar especial para las señoras. Son
admitidos sólo los hombres que las acompañan.
- En un café o en un restaurant se llama al camarero batiendo las palmas dos veces y agregando inmediatamente la llamada de "mozo". No se golpea sobre la mesa el vaso.
- En la platea de los teatros y cines, no está permitido, ni siquiera a las mujeres, llevar el sombrero puesto, ya que se impediría a los otros ver la escena.
- No se fuma ni en los tranvías. El aviso "Está prohibido salivar", significa "vetato sputare"...
- Por la calle no se camina fuera de la vereda; de hacerlo, recibiría el

calificativo de "atorrante", que equivale a "mendigo".

 Artículo: Prof.\Lic. Arnoldo Gualino
 Bibliografía: (Historia del Arte en Rosario) – www.arnoldogualino.com.ar

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