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jueves, 9 de abril de 2015

CARLOS RAFFO. Pintor



CARLOS RAFFO
Pintor

Nació en Buenos Aires. 
Su padre poseía un negocio de semillas y plantas en Constitución, Buenos Aires.  

Asistió al Instituto Superior de Artes del “Teatro Colón”; allí se dictaban cursos sobre Escenografía e incluían materias fundamentales como; Perspectiva, Escenografía, Color, Historia del Arte, Luminotécnica, Vestuario.








Una obra de sus comienzos; grandes empastes y alta saturación

Recuerda que a la salida de sus clases, recorría las galerías artísticas céntricas como, “Witcomb”. “Wildestein” y otras; teniendo el primer encuentro con obras de pintores rosarinos como el acuarelista Carlos Uriarte, al pintor y grabador Gustavo Cochet, Herrero Miranda integrante del “Grupo Litoral”, Pedro Giacaglia; Luís Ouvrard entre otros.








El Auto. Oleo

Surgen otros nombres como Orlando Ruffinengo, pintor surrealista de la ciudad de Gálvez, que por entonces tenía vigencia y reconocimiento en Buenos Aires y Raffo admiraba su obra.

En 1966-67, continúa con el pintor Santos Leto, quién también realizaba monocopias.  
Raffo recuerda con afecto por los valiosos principios y valores que formaron y orientaron su vocación.











La tía Emilia. Óleo

Una modo disciplinado de impartir enseñanza, valoraba la construcción de la obra desde el boceto, la superación de dificultades a través del análisis y la aplicación de conocimientos teóricos.

Leto era un pintor de temática social, buena utilización del Color, admirador de los pintores italianos, “La vuelta al orden”; los pre-Renacentistas.













Detalle de una de sus obras.

Al fallecimiento de su maestro, permaneció un breve tiempo con la pintora y profesora Lucrecia Franco, excelente colorista.
Durante 1969 al taller del pintor Teresio Fara: allí se trabajaba el desnudo con modelo en vivo.

En 1972, con deseos de llevar a cabo una exposición individual, solicita y le es otorgado un crédito del Fondo Nacional de las Artes; la muestra se realizó en la “Galería Siglo XXI”.
Tiempo después exponiendo pinturas en “Galería Fox”, lo sorprende la visita  del pintor y grabador Juan Grela.











En otra oportunidad también de sus comienzos; recibe un comentario de sus obras del crítico de Arte Rafael Esquirru. 

En Buenos Aires, conoció al galerista Armando Santillán, quien lo invita a realizar una muestra de sus obras en la las salas de su galeria de Rosario.
En 1973, por la sugerencia de amigos y atraído por la actividad plástica de Rosario se radicó en esta ciudad. 








El Paraná y las islas. Óleo

Ese mismo año lleva a cabo una Muestra en “Sala de la Pequeña Muestra” de Rosario, la que había sido invitado por su titular el año anterior.
En esta ciudad formó su familia con la grabadora Nelly Arias la hija de ambos: Alejandra es profesora en Literatura.

Raffo en simultaneidad con la producción plástica;llevó a cabo la restauración y mantención de la obra pictórica de Gustavo Cochet, en lo que hoy es el Museo Gustavo Cochet en Funes, (ciudad próxima a Rosario).   











Premios y distinciones
2º Premio de Pintura. Museo Castagnino. Rosario. 1988. -1º Premio en Pintura.
Salón FATA. Rosario. 1995 -Mención especial “Hilarión Hernández Larguía”. Museo Castagnino. 1997. -2º Premio adquisición. Banco de la Nación Argentina. Buenos Aires. 2006. -Seleccionado en el concurso “Chateau des Reaux”, Francia.










Obra
Raffo tuvo el privilegio de adquirir a través de buenas fuentes los principios fundantes para la Pintura.
Su formación la continuó de modo solitario y personal; experimentando con su propia obra acumuló experiencia y logró el aprendizaje.

Es un productor sin pausa; comprometido con su oficio, obras que van ocupando y reduciendo el espacio vital de su casa-taller.
Formado en el realismo; de manera gradual ha logrado producir una obra que asimiló elementos expresivos de la pintura metafísica y del Surrealismo.









Se visualizan desde el balcón los paisajes.... Óleo.

Los temas comienzan a ser visibles desde el piso más alto de su taller que descubre el paisaje del río Paraná y sus islas.
Ojos curiosos que capturan elementos que aún sobreviven de la historia  urbana de la ciudad. 

Paisajes del viejo puerto, rejas, vías ferroviarias, anchos muros, viejos ventanales; chimeneas apagadas; barandas, calles adoquinadas; elementos para su lenguaje visual.










De manera particular y poética genera la iluminación direccional y controlada sobre los espacios y objetos como su fuese parte de un escenario. Son los conocimientos recibidos en la Escuela del Teatro Colón.

La ausencia de la figura humana acrecienta el vacío del espacio y el silencio.
Es una realidad poética y sin dramatismos, que presenta la soledad trágica de los seres actuales.
Un clima de misterio que desorienta e inquieta, exige lecturas interpretativas profundas y simultáneas.











Es un colorista; se destaca el modo minucioso de aplicar y fundir el color. Delicados tratamientos del claroscuro.
Se vale de elementos del Expresionismo con los que logra vigorizan la intensión y carácter de las obras.
Raffo como los artistas del pasado clásico, ha llegado a experimentar y fabricar con pigmentos y aglutinantes sus propias pinturas.









Cascanueces. Óleo

Comentarios
           El comentario de esta muestra podría intitularse parodiando al recordado libro André Lhote: “Tratado del paisaje extraterrestre”. Acá lo que se ha logrado con estas extrañas topografías es un efecto de espacialidad que se diría inédito.
Profundos valles, sólidas mesetas, cavernosos ahuecamientos, son interrumpidos por accidentes, producto de una geología feroz ya congelada por al eternidad.









Pero donde el efecto espacial paradójicamente más retumba en su infinito anonadamiento, es en los tres caracteres que mejor definen este espectáculo: la media luminosidad de estas lejanías extrasolares perfilan en las casi inconcebibles latitudes; la total ausencia de lo vivo provoca tal efecto de ajenidad que ni siquiera a lo imaginario le sería posible afincarse; el silencio es tan intenso allá, en ese non plus ultra, que se podría pensar que se siente sonoramente”.-
Jorge Rasia. Presentación de la muestra “Paisajes Marcianos”. Centre Catalá, 3 de noviembre de 2005.
                                  





  


    

Galpones. Óleo

    Raffo exhibe paisajes de tono sombrío con destellos de luz acerada, que otorgan a las obras del precitado autor un cierto concepto de sobrerrealidad de tintes fantasmagóricos. Emilio Ghilioni construye sus cuadros como constelaciones de subespacios plásticos, en los que bascula entre la descripción visual y la connotación afectiva, recurriendo a imágenes simbólicas cuya proximidad, eventualmente yuxtaposición, alude a lo insólito, a lo ensoñado o presentido afectivamente. De tintes elaborados y paleta media, la organización estructural de cada trabajo se comporta como desafío visual y enigma a resolver.-
Domingo Sahda 2006 – de la muestra Colectiva. Museo Municipal de Artes Visuales Sor Josefa Díaz y Clucellas. Ciudad de S. Fe.










.  Óleo

  …Raffo en lo estético y ético es un clásico; sin efectismos y desde el conocimiento; reflexiona y siente; de ello surge el impulso de cada pincelada.” […] Es un elocuente relato de realidades y sueños conciliados; ha buscado amplios espacios, fusionar objetos y naturaleza.

        Todo parece lucir sereno y tenso a la vez; es la básica condición de aquellas obras que no se agotan en las primeras lecturas, logran atrapar al ojo en placentera contemplación.” […]Raffo tiene un credo: siente, cree y trabaja en su oficio de artista, y no se extravía porque sigue sus propios caminos.- Arnoldo Gualino. Presentación de la muestra “Gaudí-Dalí, paralelismos y divergencias”. Centre Catalá, 5 de Septiembre de 2014.

Entrevista: Arnoldo Gualino. Rosario, Marzo de 2015



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