viernes, 11 de junio de 2021

FERNANDO COCHET



FERNANDO COCHET   Pintor

Fernando Víctor José Cochet, nació en Barcelona, el 30 de noviembre de 1922.

Su padre Gustavo Cochet (1894-1979), años antes había viajado a Europa a estudiar pintura.

En Barcelona conoció a Francisca Alonso, española quien sería su compañera de toda su vida. Decidieron ir a vivir a París que por entonces era considerado en el Mundo, como el centro del Arte.














Fotografía: París 1925.

 “Mi nacimiento en Barcelona fue circunstancial pues mis padres vivían en esa época en Paris.

Para la época que debía nacer, mi madre viajó a Barcelona para sentirse más acompañada por sus familiares, pues mi padre estaba haciendo el servicio militar en Francia, por ser hijo de francés. 

Me inscribieron en el Consulado de Francia y luego mi madre volvió a París por lo tanto soy francés nacido en Barcelona”.
(Reportaje a Fernando Cochet, del audiovisual de 1983 por Mario Ceratti)


















El pintor uruguayo Joaquín  Torres García (1874-1949),  en su libro “Historia de mi vida”. 1939. Primera edición, Página 250,  comenta:… "entre los amigos que tuvo Torres-García en aquel tiempo, debemos recordar a Gustavo Cochet, franco-argentino, pintor de buena cepa, fuerte e ingenuo (y esta sencilla ingenuidad era el mayor encanto de su pintura), casado con una mujer catalana de cuando anduvo por Barcelona, mujer que ayudaba valientemente a su marido en ese París que todo se lo hace perdonar. Llamábase Francisca, y trabajaba en el taller de unos de los mejores modistos de París…”




*Imágenes de París mediados 1920.

En otro párrafo de la Página 252, cita a los artistas amigos que frecuentaba en charlas de trabajo mientras sus niños jugaban entre sí:

… "una chiquita que se llamaba Jaqueline jugaba con Horacio, el hijo más pequeño de Torres García, y también André, tenía un pequeño, que se llamaba Jean Jacques, y que era muy travieso.  “El hijo de Cochet que se llamaba Fernand, era en cambio muy pacífico – como su padre. ¡Y que buena armonía y cordialidad reinaba siempre!….” 

Otros de los artistas que frecuentaban, era Michel Seuphor creador de un movimiento artístico “Cercle et Carré”, y  el pintor Pedro Daura.






*Clásico café parisino.

La misma versión contada en 1983  por Fernando Cochet en un reportaje:

¿Qué recuerda de aquellos años de tu infancia?

“Íbamos a casa de Torres García casi todas las noches. Yo jugaba con los hijos de Joaquín, disfrazados de indios, mientras nuestros padres hablaban de pintura, nosotros hacíamos mucho ruido y corríamos, así iba creciendo en ese mundo maravilloso de pintores, músicos y escritores…”.




*1928. Primer viaje a la Argentina    Retorna solamente su padre, Gustavo Cochet, pues la situación económica en Europa era dificultosa, el año anterior había fallecido un hermano menor de Fernando.   
El objetivo era regresar todos a la Argentina en busca de mejores posibilidades laborales, dentro de su profesión de artista.  
Permaneció 6 meses, se alojó en la casa de su amigo de la infancia Laureano Manuel Rodríguez.

 1931. Segundo viaje a la Argentina   
La situación económica empeoraba mucho en Europa, recordemos la crisis mundial de 1929. La familia decidió regresar a la Argentina en 1931. 
Cuando llegaron a la Argentina el pintor Manuel Musto, (junto a Schiavone, eran amigos de la juventud); los alojó durante 2 años en su casa del Saladillo (Hoy es la Escuela de Artes Manuel Musto). 





*Monumento a C. Colón, puerto de Barcelona 1930

En 1933, de regreso a Europa la familia se instala en Barcelona, en la casa de los padres de Francisca, esposa de Gustavo Cochet.
En Barcelona Fernando es inscripto por su padre en la escuela primaria de Ferrer Guardia (famoso pedagogo creador de la Escuela Moderna).
“Tratar de recomenzar la primaria, todavía conservo de aquel eterno deambular y recomenzar en cada país. 
Empecé en la Escuela Ferrer, aseguro que fueron mis mejores años de mi vida escolar. Compañeros que jamás volví a ver”. 
(Reportaje del Audiovisual de Mario Ceratti, 1983).



En 1936, son años de dictadura del militar español Primo de Rivera, que gobernaba España, estalla la “Guerra Civil Española”.   Tras tres años de lucha tuvo fin en 1939, en la que el bando Nacional liderado por el militar Francisco Franco, declara la victoria.
“La Guerra Civil Española” (1936-1939), fue uno de los hechos históricos del siglo veinte, en el que las artes plásticas de esa época adquiriera gran desarrollo.



Con la caída de la República el 1 de abril de 1939, concluyendo con la victoria de los rebeldes, y la instauración de un régimen dictatorial de carácter fascista, encabezado por el general Francisco Franco, hasta el 15 de noviembre de 1975 día de su muerte.
Derrotados “Los Republicanos” por los ideales por los que lucharon; debieron toman el camino del destierro.
La familia Cochet está entre los muchos catalanes perseguidos, que deben huir de España y buscan refugiarse en territorio francés.




El exilio a Collioure, Francia
El día 27 de enero de 1939, Fernando por entonces es un adolescente de 17 años, inician el cruce de los Pirineos, integran la columna de milicianos populares que marchan de prisa ante la derrota y persecución de los victoriosos.
Con ellos viajaba enfermo Antonio Machado (el poeta español, más joven representante de la Generación del ‘98).
En la tarde del día 28 la columna llegó finalmente a Colliure (Francia).





El día 22 de febrero fallece Antonio Machado (1875-1939), Gustavo Cochet lee en el cementerio el discurso de despedida. 
Así comentaba Fernando:
“Derrotada la República tuvimos que huir de España, nos dirigimos hacia “Collioure, un pueblo de pesadores a orillas del mar, allí llegaban los refugiados españoles maltrechos, agotados, vencidos.
La mayoría de los habitantes de ese magnífico pueblo corrían llevándoles leche, café, pan ropa y alojamiento sin necesidad de pedirlo…  
Otra muestra de solidaridad que dieron esos humildes pescadores fue cuando murió allí el poeta Antonio Machado, todo el pueblo estuvo inactivo y todo el pueblo lo acompañó en su último viaje, sintió y lloró su muerte como si hubiese sido la de su propio hijo”.




“…En Collioure vivimos un año, alternando con otro pueblo cercano, Perpignan. Unos días maravillosos junto al mar y las montañas, a la noche salía de pesca con los pescadores, aquello era toda una aventura…

En la casa de Collioure donde vivíamos era una pastelería, me convertí en aprendiz de pastelero. Viendo mi entusiasmo por aprender, el dueño me recomendó un pastelero de Perpiñán, aprendí el oficio y a la ves llevaba los pedidos en una bicicleta con remolque, de esa manera conocí muchos barrios. En los días de descanso me iba a Collioure, donde vivían mis padres” .
Claramente vemos por el relato de Fernando, que la bohemia no constituyo una cosmética romántica, de verdad conoció la hambruna, renunciando a los juegos, tuvo que acarrear una canasta de pasteles que superaba su peso para ayudar a sus padres económicamente”.

 


*Escuela Prov. de Bellas Artes Juan Mantovani”, de Santa Fe.

Retorno definitivo a la Argentina
La familia se embarca y retornan a la Argentina; vivirán en casa de parientes una breve temporada en Luján, Pcia. de Buenos Aires.
“En contra de mis deseos viaje con mis padres a la Argentina, a los dos meses de nuestra llegada se declara la Segunda Guerra Mundial”.
En 1940 le es ofrecido a su padre Gustavo Cochet un cargo de profesor en la “Escuela Provincial de Bellas Artes Juan Mantovani”, de Santa Fe. Fernando y su madre Francisca quedaron viviendo en Buenos Aires, y Gustavo su padre viaja solo a Santa Fe para tratar el ofrecimiento laboral y alquilar una vivienda.
Desde Santa Fe, Gustavo Cochet le envía una carta a su esposa:
                                                                                                      “Francisca, decile a mi querido hijo que si quiere entrar en la escuela es necesario que se deje de macanas y pensar que ya no tiene edad para jugar y tomarse las cosas en broma, ya está inscripto, segura un curso que es de 2 a 6 de la tarde, de noche podrá ir a una academia para terminar su instrucción y por la mañana podrá pintar en  su estudio particular en el Boulevard Gálvez, donde he alquilado una regia casa, que se ponga inmediatamente a dibujar y que dibuje un mínimo de 4 horas diarias, dos horas con lápiz Faber y dos con lápices de color, comprale una cajita de 24 barritas que es barato y preferible a los de maderas, son como pasteles pero de cera más fuertes y que haga y se ejercite en la siguiente forma, el jarrón de barro cocido que él agujereó, que lo ponga sobre una mesa con una rama de naranjo o de nísperos con un trapo blanco de fondo como esta forma. (La carta acompaña un dibujo indicando el armado de la composición).
Que piense cuando venga, tendrá que pasar un examen y si no sabe dibujar no pasará, en un mes puede ejercitar mucho”.-



*Foto, Taller de Escultura a cargo de José Planas Casas.
 Viaje y radicación en la ciudad de Santa Fe   Vivirán un tiempo en el barrio de Guadalupe y luego se mudan a una zona más céntrica.
Fernando se inscribe en la “Escuela de Artes Plásticas de la Provincia”, (en 1950 pasará a llamarse: “Escuela Provincial de Bellas Artes Juan Mantovani”). La dirección de José Planas Casas (1900-1960), escultor, pintor y grabador, Orlando Pierri, Gustavo Cochet, Ricardo Supisiche, el grabador y Sergio Sergi, Horacio Caillet y Bois y Zapata Gollán, entre otros.




*Foto, Taller de Escultura de la Escuela de Artes Visuales de Santa Fe.

*Óleo, Paisaje de Unquillo, Córdoba, año 1945.

Texto de presentación para el catálogo de la Primera muestra pictórica de
Fernando Cochet – Junio 1946
Redactado por Carlos Carlino (1910-1981), Escritor, periodista, poeta y dramaturgo argentino.




…y no entiendo porque se te ha ocurrido pedirme a mí, que no sé nada o casi nada de pintura, unas líneas para el catálogo de tu primera exposición. Lo has hecho, seguramente, porque me consideras como a un hermano mayor o porque sabes que, desde hace siete años, te veo, casi diariamente, luchar como un buen artista bisoño, sin mucha angustia pero con insistencia, por encontrar tu propia manera en la pintura. Asunto no fácil en el hijo de Gustavo Cochet empeñado en tener dimensiones personales propias. 
Yo creo en ti, porque me basta plantarme frente a una de tus telas para desligarme de tiempo, para transportarme; y supongo que en eso reside todo el secreto del arte: sugerir, trasladarnos, en tu caso, a los caminos de la sierra, a los senderos del jardín hogareño, ponernos ante los apuros de doña Francisca, sus arroces y sus pucheros, ni bien se detiene uno a mirar los cacharros de tus composiciones. 
Yo siento que tus pinceles están manejados por un espíritu embargado por la emoción de crear; que se complace en crear. Siento que eres un poeta porque, mirando tus cosas tengo deseos de cantar, es decir, de expresar una emoción. 
Tus telas, en una palabra, me emocionan, y lo logran porque tú pones en ellas sentimiento, es decir, poesía. 




En Santa Fe Fernando trabó amistad con Fernando Birri (1925-1917), quien luego desarrolló una importante carrera como director de cine, alcanzando reconocimiento, Por entonces Birri le interesaba la pintura, la poesía, participaba como actor en un teatro experimental, luego se integró el teatro a la Universidad del Litoral y al cine Club.
En 1946, Fernando lleva a cabo su primera exposición junto con su padre en el “Museo Municipal Rosa Galisteo” de Santa Fe.



Fernando en Buenos Aires 
En 1947, en busca de mejores perspectivas de trabajo, la familia Cochet resuelve dejar Santa Fe y mudarse a Rosario.
Fernando junto con su amigo Fernando Birri deciden la aventura de viajar a Buenos allí se instalan en una pensión.
Entre 1949 y 1950, en Buenos Aires, continúa produciendo obras pictóricas y como recurso económico pinta en las plazas escenas de pajaritos que luego vendía. 
Inicia por correspondencia un curso de electrónica, profesión que será su sustento como técnico en el armado y reparación de radios y más adelante televisores. 







En una agrupación de tendencia anarquista “El Sótano”, conoce a Zulema en 1951 sería su esposa. 
El matrimonio decidió ir a vivir a Chascomus, Pcia. de Buenos Aires, allí conocen a una familia de catalanes dueños de una granja que desde lo pedagógico trabajaban con niños desde la Educación a través del trabajo con el objetivo de aprender hábitos y oficios manualidades que le servirían para la vida.  
Allí trabajó Zulema dando clases a los  niños y Fernando enseñando dibujo.  
De este período Fernando desarrolló una intensa producción destacándose los paisajes del lugar al aire libre.






En 1952 nace su primer hijo Claudio. Poco tiempo le queda para pintar y exponer. 
- “Mi responsabilidad de hombre casado – había que pagar la olla, educar a los hijos, tenía tres hijos: Claudio, Silvia y Pablo, me hicieron enterrar no mucho mis sueños de artista. 
No quise hacer nunca nada que pudiera traicionar mi pintura haciendo dibujo publicitario. Tenía terror de caer en lo fácil y cuando quisiera volver a pintar, no pudiera hacerlo, así que prefiero hacer cualquier cosa ajena a la pintura. 
Nunca dejé de pintar, pero lo hacía en forma discontinua. Pero cuando tomaba la paleta lo hacía con mucho respeto y honradez tratando a las complejidades del color de la manera más pura”





Entre 1949 y 1950, en Buenos Aires, continúa sus estudios de Artes e inicia cursos de electrónica. Profesión que será su sustento como técnico en el armado y reparación de radios y más adelante televisores.  En 1951, se casa con Zulema de esta unión sus hijos, Claudio, Silvia y Pablo, pero la felicidad se enluta en 1975, en un accidente automovilístico, fallecen sus hijos, Claudio y Pablo. 






*Óleo. Entrada de la casa-taller de Funes

Fernando se radica en Funes En 1954 con su familia deciden mudarse próximo a sus padres, quienes por entonces habían construido su casa-taller en el pueblo de Funes (Hoy ciudad y distante 17 Km de Rosario). En ese amplio terreno, Fernando construirá su casa, allí nacieron sus otros dos hijos, Silvia y Pablo.
La mantención de su hogar lo llevó a reducir y a veces pausar su dedicación a la pintura; los estudios realizados en Buenos Aires de Radio-Técnico, le sirvieron para instalar en su casa un taller de reparación y armando de aparatos de radio y posteriormente de televisión. 
Su esposa Zulema preparaba alumnos.



*Gustavo Cochet y su hijo Fernando, en el taller de Funes

La casa repite la historia de París, se llena de visitas artistas de amigos y colegas del Arte: Santiago Minturn Zerva, Luis Ouvrard, Julio Vanzo, Eduardo Serón, Mele Bruniard, Osvaldo Boglione. Jaime Rippa, Eduardo Favario, Juan Pablo Renzi, Emilio Ghiglioni, Rodolfo Elizalde, y tantos otros. El ingeniero Frontalini dueño de la galería de Arte en Rosario “Fontana Artis”, la galerista Fanny González, el Dr. Sterkin, apoderado del diario La Capital . 




Pero la felicidad familiar se enluta, en 1975 en un accidente automovilístico, fallecen sus hijos, Claudio y Pablo. 
Fernando continuó exponiendo en Rosario, Buenos Aires. Córdoba. Humberto Primo y Morteros. 










Fernando comienza a ocupar más horas a la pintura, participa de muestras colectivas e individuales, sin dejar la profesión de técnico-electrónico. 
En 1979, tras el fallecimiento de su padre Gustavo, Fernando comienza utilizar el espacioso taller de su padre para realizar su obra.
   





*Óleo de Doña Francisca, madre de Fernando Cochet
Muestra de Obras de Fernando Cochet  En 1984 fue invitado a participar, de un Ciclo de Muestras de Artistas, en el “Centro cultural Bernardino Rivadavia” (Hoy Centro Cultural Roberto Fontanarrosa, Rosario). Allí se montó una importante muestra individual de sus obras, y Fernando en el acto inaugural, se dirigió al público con la lectura de este texto. 
                 “Hace más de cuarenta años que empecé a estudiar pintura. Fue en 1940, mis profesores fueron: Sergio Sergi, Orlando Pierri, mi padre, César Fernández Navarro, Ricardo Supisciche, César López Claro, José Planas Casas, Agustín Zapata Gollán.
Quiero nombrar a todos estos profesores porque me iniciaron en la difícil tarea de las artes plásticas, guardo de ellos el mejor de los recuerdos. 







Bueno, ahora sí, voy a tratar de hablar de mi pintura, aunque creo que el mejor dialogo es la pintura en si la que hable. Mis trabajos están hechos con mucha sencillez, ternura y un gran respeto por el oficio. Empecé a estudiar pintura como les decía, por el año 1940. 
Hace más de 40 años que estoy trabajando fuerte buscando mi propia pintura, mi manera de ser y sentir hasta poder conseguir mi propia personalidad, cosa nada fácil en el hijo de don Gustavo.  
Pero como él me decía para encontrar tu propia personalidad es cuestión de trabajar, de darle todos los días, dibujando , pintando y estudiando .Y si verdaderamente hay algo tuyo, vendrá solo, a través de los años y de la experiencia. 
Mi pintura es naturalista, pinto todo lo que me rodea me gusta componer mis bodegones o naturalezas muertas con cacharros de cobre y demás objetos que se usan a diario donde ya tienen una pátina de uso, la pátina que solo da el tiempo. Recién entonces las pinto; no podría nunca pintar un objeto que fuera nuevo, brillante y limpio. Sería una cosa fría, sin vida, no expresaría nada. 
Pinto figuras, flores, paisajes y naturalezas muertas. La naturaleza muerta o bodegones es donde me encuentro mejor, tengo un dialogo más profundo y amplio. 
Envuelvo mis cobres, frutas, verduras y otros motivos con poca luz, una luz tenue que permite lograr una obra sin mayor estridencia de color es decir lograr varios planos y que cada objeto tenga un lugar determinado en el cuadro. 




Empiezo mi tela con un simple bosquejo a carbonilla para plantear el motivo luego con pincel grande trato de cubrir enseguida todo el blanco de la tela y colocar de entrada el color lo más ajustado posible, es decir, trabajar en la paleta el color que voy a poner en la tela de esa manera se consigue un color transparente y fresco. 


















Empiezo siempre con el fondo, un fondo bien ajustado de entrada me permite llegar a un feliz término de la obra. El fondo es la viga maestra, el pivote principal. Es el que ayuda a dar profundidad, atmosfera, luz, sombra; a dar el clima, el ambiente del cuadro, una vez terminado hago un repaso final, acentúo algún tono o lo bajo de intensidad hasta obtener el motivo bien entonado. 
Una pintura es como una sinfonía no tiene que haber una nota que esté fuera de lugar, que de una nota desafinada, tiene que estar toda la orquesta en una completa armonía. Mi pintura la trato en la misma forma".- Fernando Cochet





Pintando con la mano izquierda 
Debido a una afección física que le dificulta utilizar su mano derecha, supera la situación realizando perfectamente su labor pictórica con la mano izquierda,  conservando la misma firmeza y el carácter del trazo. En este período en sus composiciones prevalece el objeto único; el pescado, los higos, el limón, pequeños ramitos. 






Su hija Silvia, profesora de Bellas Artes y actualmente directora del "Museo Gustavo Cochet", expresa al respecto
     - “En esta etapa mi padre fue buscando hasta encontrar la manera de su pincelada, sin perder su identidad pictórica. 
Percibo sus obras muy logradas, frescas, de pinceladas espontáneas, elige un objeto único, o de índole minimalista, respecto a un solo objeto; el pescado, los higos, el limón, pequeños ramitos. Comienza a encontrar su propio lenguaje, logrando manifestar su gran sensibilidad”. 
Falleció el 12 de marzo de 1986.






*Post Mortem - Diario la Capital, domingo 27 de abril de 1986); Por el arquitecto y Pintor Emilio Ghilioni,

… El recuerdo de mi compañero pintor Fernando Cochet, recientemente fallecido me llevó a visitar brevemente la casa de los Cochet, ubicada en la vecina localidad de Funes.     
El taller de pintura de esta casa es el pivote de todo lo edificado en ella, y esto no hace más que expresar el templo de amor que la tarea creativa de esta familia ha podido construir en mucho tiempo. 
Zulema, la compañera de Fernando, es la depositaria de tantos recuerdos que para rememorar debe desempolvar del rincón del desván y de su propia memoria. 
Al morir su padre el pintor y grabador Gustavo Cochet; Fernando pintor maduro que había atisbado el templo tan querido y respetado desde la puerta, se anima a ocuparlo con sus flores, sus naturalezas muertas, paisaje y retratos. 



La atmósfera gris de tantos años del taller de pintura de su padre, herramienta gastada a la manera de don Gustavo, comienza a colmarse con el ronroneo de su propia labor. 
El taller y la casa se confunden, la intimidad de la naturaleza muerta el refugio de las frutas sobre la mesa, el perfume protector de las habitaciones, al transponer el fresco umbral, el aroma reparador de un caldo…Una lectura pausada, morosa y atenta de sus cuadros nos permite reconstruir y paladear un profundo quehacer plástico.
El lenguaje pictórico trasciende la mera presentación del objeto naturalista, que sin duda es el soporte de su trabajo, caracterizado por una temática plástica poetizada a través del manejo fundamentalmente cromático de la superficie.  En un espacio realista definido por aspectos circunstanciales, con luz y sombra proyectadas y sus brillos el color se apodera de la imagen y construye una ajustada atmósfera tonal en la que las diferencias de saturación del color ordenan la superficie.




En el ciclo de pintura realidad en el año 1984 en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia de Rosario, denominado: “40 Pintores de Rosario y su público”. Fernando Cochet habla con fruición de él y de su pintura quebrando con una actitud de suma modestia y aparente timidez, y nos suspende con una exposición medulosa y sincera de su quehacer; 
     - “Mis trabajos están hechos con mucha sencillez, y ternura y un gran respeto por el oficio. Empecé a estudiar pintura por el año 1940 y desde entonces estoy trabajando fuerte buscando mi propia personalidad. Cosa nada fácil para el hijo de don Gustavo. ..Pintar es mi oficio. No soy pintor dominguero, ni pinto para sacármela “depre”, no preciso el momento especial o estar inspirado para trabajar. 
Me considero un trabajador más, como cualquier otro obrero que tiene su oficio. Yo tengo el mío, y copo reos trabajo todos los días”. 
La imagen enorme, pausada y cansina de Fernando es un bálsamo amistoso. Es la imagen recobrada de la tradicional bohemia perdida, es el recuerdo deseado del amigo fraterno que queremos encontrar allí, para departir afectos para gustar pintura.




*Para la presentación del catálogo de la muestra homenaje de Fernando Cochet  (En la Escuela de Artes Visuales Manuel Musto, Rosario – 14 de agosto de 1987. Escrito por el Prof. Cacho Calarota).  
- "Estoy aquí, en el taller que usaste, que fue tuyo, que heredaste de tu padre. Rodeado de tus cuadros que coloqué en círculo, para dialogar con el recuerdo. Más atrás de tus cuadros, y en las paredes, están los de tu padre, los de amigos pintores y de pintores amigos.  
Claro las cosas que fueron tuyas, las compraste con largos años de trajinar entre cables, lámparas, transistores, soldador.  
Largas tardes y noches sobre radios y tevés, conversando con la electricidad y sus circuitos. ¿Ese era tu mundo real, que te iba gastando una parte. Yo estoy frente al otro, al que vos fabricaste, el imaginario? 
Era inquietante ver al hombre que despertaba y se metía alegre en el taller del sol, la paleta le iluminaba la cara. Luego ese mismo hombre, con esas mismas manos, con las mismas ropas trajinadas; se sumergía resignado en el taller de luz electrónica, el tubo le alumbraba el rostro. 




Así transcurrieron muchos años de tu última etapa, con las manos manchadas de óleo y estaño. Ahora comprendo que los dos talleres eran totalmente reales, lo denunciaban tus manos y recién me doy cuenta. Los dos te dieron alegrías y broncas diferentes. En uno te sumergías para poder "parar la olla", y no es metáfora. En el otro te metías para encontrarte con el niño que nunca olvidaste, y hoy me rodea una parte de los espejos que dejaste. 
Mirando nuevamente tus cuadros, algunos conocidos desde las primeras manchas, comprendo mejor eso de que a los trabajos se les encuentra algo "nuevo" cada día. Estoy viendo en cada uno tu sonrisa de humildad, casi de timidez, pero hoy veo la de picardía. Esa picardía que usabas con frecuencia para regalar tu infinito amor por la gente y por los tuyos. 
Recién hoy, descubro una "nueva" picardía, creo que la más profunda, cariñosa, que mejor te reflejaba: la de esos objetos al margen de los principales, a veces en la penumbra reiterada, aparentemente de "relleno". 




Ahora comprendo mi "miopía" contemplativa, cuando te decía: ¿para qué tantas cosas en una tela? Vos con una sonrisa no me contestabas y hoy entiendo la sabiduría de tu amistoso silencio. 
Hoy me preguntaba, preguntándote: ¿Qué hace esa piedra azul en el arroyo dominante? Sabía que inventabas muchas cosas inexistentes en el "modelo", pero?, por qué esa flor casi solitaria detrás del ramo? ¿Y esa ciruela medio perdida en la sombra del canasto, que no está frente a vos? ¿Por qué ese jarrito azul, tapado por el dorado de mandíbulas imponentes? En tus telas siempre hay elementos importantes que dominan la composición, que dicen; ¡Yo soy el dueño! Pero detrás, a un costado, están los pequeños, que parecen casuales. 
Hoy comprendo que esos objetos son los que permiten, autorizan, la importancia de que se jactan los arroyos, los dorados, las canastas, los jarrones, los cobres. 
¡Esos humildes, tímidos elementos son tu imagen, tu sonrisa sabia! No sé si algún día aprenderemos (con hache) tus lecciones impensadas. 



Una vez más recuerdo tus palabras:...”No soy pintor dominguero, ni pinto para sacarme la "depre", no preciso el momento especial o estar inspirado para trabajar. Me considero un trabajador más, como cualquier obrero que tiene su oficio, yo tengo el mío, y por eso trabajo todos los días".  
Se te olvidó en tu modestia, decir que eras un obrero "doble"; los que laburamos en dos lugares para poder morfar, para llegar a fin de mes.  Los televisores eran tuyos aunque los fabricabas para el patrón o lo arreglabas por monedas y muchas veces gratis. 
Los cuadros, aunque quizá nunca lo pensaste porque todo absolutamente lo brindabas, nunca fueron tuyos porque siempre fueron nuestros. “Vendrá aquel día que el trabajo vencerá", como dice un afiche catalán; catalán como tu madre.  Ese día se verá recompensada tu conducta de no transar con los filibusteros del arte, "marchands", galeristas y asfixiadores del hombre. 
¡Gracias por todo Fernando! 

Exposiciones
- Junio de 1946. Museo Municipal San Martín 2072. Santa Fe. (20 obras).
- Abril 1948. Galería Müller. Florida 946. Bs. As. (14 obras)
- 6 de Agosto 1949. Sociedad Argentina de Artistas Plásticos. San Lorenzo 1211,
  Rosario. Colectiva: Raúl Domínguez, Fernando Cochet y Hugo Fornells. (16 obras).
-19 de Octubre 1955. Club A. Provincial. Rosario. (33 obras).
- 12 de Diciembre de 1959. Biblioteca Popular Mariano Moreno. (¿)Marcial Candioti   
   3369. S. Fe.
- 13 de Agosto de 1977 Galería Finuart. San Martín 2885. Santa Fe. (25 obras)
- 7 de Septiembre de 1978. Galería Fontana Artis. Sgto. Cabral 106, Rosario. (En
  homenaje a sus hijos Claudio y Pablo. (25 obras)
- Casa de la Cultura. Municipalidad de Pérez. Pcia de S. Fe.
- 4 de Agosto de 1982. Galería Raquel Real. Maipú 508. Rosario. (16 obras).
- 1 de Junio de 1984. Alianza Francesa. Bv. Gálvez y Las Heras. Santa Fe. (16 obras).
- 22 de Agosto de 1983, Galería Renom, Rosario, Córdoba 828. Rosario.
- 23 de Julio de 1984. Galería Renom.  Sala 3. Córdoba 916. Rosario. (20 obras).
- Viernes 14 de Septiembre de 1984, Galería Picasso. Chacabuco 738, V. Tuerto,
- 2 octubre 1984. Centro Cultural B. Rivadavia. Colectiva: Verónica Celman. Fernando
  Cochet, Carlos Raffo, Marcelo Rufino - Coordinaban el ciclo: Rodolfo Elizalde, Emilio
  Ghilioni y Alberto Macchiavelli).
- 12 de Noviembre 1985. Alianza Francesa. Bv. Gálvez y Las Heras. S. Fe.(16 obras)
- 20 de Mayo 1985, Galería Renom.  Sala 3. Córdoba 916. Rosario. (17 obras).
- 28 de Septiembre 1985, Banco Independencia. C. Pellegrini 1782. Funes.  
- 3 de Mayo 1985. Alianza Francesa, Bv. Gálvez y Las Heras. Santa Fe. (15 obras).
- 10 octubre ?. Galería Krass. San Martín 631. Rosario
- 5 de julio ?. Banco Coinag. Peatonal Córdoba 1299. Rosario.
- 14 de agosto 1987. Escuela de B. Artes. Manuel Musto de Rosario. Exposición
  Homenaje de Pinturas y grabados.

                                             GALERÍA DE OBRAS  


        














































  *Prof./Lic. Arnoldo Gualino
  Investigación. Entrevistas. Documentos. Libros y fotografías:
  Reportaje del Audiovisual de Mario Ceratti, 1983, entrevista a Fernando Cochet.
  Agradecimientos:
  A la Directora del Museo Gustavo Cochet, Silvia Cochet,
  con el aporte documental para realizar esta tarea de investigación.
  A la Prof. María del Carmen Díaz, por las referencias de su Tesis