CECILIA MARCOVICH
Pintora
y Escultora
Cecilia Marcovich nació en Harlau
(Rumania) el 18 de septiembre de 1894 y murió en Buenos Aires el 11 de junio de
1976.
Junto con su familia, emigra siendo una
niña gracias al patrocinio del famoso barón Maurice von Hirsch, fundador de la
Asociación de Colonización Judía (1891) y se instala en una colonia agrícola a
fines de 1901.
Pocos años después, los Marcovich se
trasladan a Rosario, ciudad en la que Cecilia tiene la posibilidad de ingresar
en la “Escuela de Artes y Oficios”.
Primero toma clases de piano y recibe su
diploma de profesora; luego obtiene una beca para estudiar dibujo y asiste a
los cursos nocturnos del pintor rosarino *César Augusto Caggiano (1894-1954), formado
en Florencia, Italia con el pintor Giovanni
Costetti.
*Fuente
de información de esta publicación, es un trabajo de Investigación realizado por Talía Bermejo
Óleo de C. Marcovich, año 1900, Rosario. Foto Marcelo Giudici
Cecilia con las clases de piano será el único sostén económico; en 1918, se casó con Moisés Tubert, un exitoso bodeguero mendocino.
Junto su esposo, se instala en la provincia cuyana, tiene dos hijos y se mueve en el entorno de la colectividad judía local.
Por entonces la mayoría de quienes deseaban tener una buena formación artística, viaja a Europa, donde concurrirán la mayoría de los jóvenes latinoamericanos, y concurrir a los talleres de los grandes maestros, visitar museos galerías de arte y conocer a los famosos artistas vanguardistas.
Inicia sus estudios de Escultura con el maestro Antoine Bourdelle al fallecer este en 1929 artista continua escultura con Charles Despiau.
En 1931 concurre a los talleres de pintura con André Lhote y Paul Albert Baudoüin con quien aprende pintura al fresco.
Asiste a la “Académie de la Grande Chaumière”, a la que Cecilia asiste a diario durante varios años, era una de las academias libres que por entonces existían en París, abiertas a estudiantes de todas partes, eran accesibles para los becarios argentinos) y sin un programa estricto.
Óleo de C. Marcovich, año 1923. Paris
Un periodo oscuro para el país por el golpe cívico-militar encabezado por José Félix Uriburu, y la caída del gobierno de Hipólito Yrigoyen; período conocido como la “Década infame”, junto a la crisis económica mundial del ´30.
Ya en Argentina Marcovich se encuentra con varios artistas que se habían formado igual que ella en Europa, con el propósito de comenzar a movilizarse a través de organizaciones con el objetivo de promover un sistema democrático y contra el avance de los fascismos.
Esculturas de C. Marcovich, bronce y yeso
Lino Spilimbergo es un referente entre los artistas contemporáneos ligados al Partido Comunista Argentino en un emprendimiento político-cultural destacado por entonces la AIAPE, la “Asociación de Intelectuales, Artistas, Periodistas y Escritores” (activa entre 1935 y 1943).
Junto a Marcovich participaron y colaboraron en la sección de artes plásticas de las actividades de esta agrupación, integrando durante varias la Comisión Directiva de la asociación.
En simultáneo, junto con el escultor Luis Falcini, organizó el salón de 1935, entre los que participaron Antonio Berni, Demetrio Urruchúa, Manuel Colmeiro, Víctor Rebuffo y Juan Carlos Castagnino, entre otros, muchos de ellos vinculados al PC o miembros de la AIAPE.
La actividad se difundía a través de distintas publicaciones: revista Unidad, luego Nueva Gaceta, u Orientación.
A comienzos de 1940 Cecilia Marcovich tomó a su cargo la dirección del taller de arte. La escuela-taller funcionó en la sede de la entidad, ubicada en el Pasaje Barolo sobre Avenida de Mayo, y las disciplinas principales consistían en modelado y dibujo con modelo vivo, pintura, grabado (a cargo de Abraham Vigo) y pintura mural al fresco.
Autorretrato. C. Marcovich, óleo.
Creación de su Escuela-Taller
A comienzos de la década de 1940, en el
barrio de Constitución, Marcovich acondiciona en los fondos de una casona del
siglo XIX, un viejo galpón, donde crea
su propia escuela la “Asociación Plástica
Argentina” (APA). Una escuela-taller que sostuvo sus actividades durante casi
treinta años.
Tenía cierta semejanza al modelo de la
AIAPE, en particular el espíritu social volcado hacia la comunidad.
Funcionó como una especie de cooperativa
en la que todos los gastos, desde la renta, la luz, la leña para calefaccionar
e incluso los modelos, se prorrateaban entre los alumnos.
El método de enseñanza era riguroso
(primero dibujo, luego composición, pintura, escultura y pintura al fresco) y
las clases se desarrollaban en dos turnos, tarde y noche.
C. Marcovich, fotografía en su juventud .
Con lineamientos semejantes a los vividos en París la “Académie de la Grande Chaumière”, la (ahora) el maestro se presenta una vez por semana, dispone la ubicación de los modelos, da las indicaciones pertinentes, observa el avance de los trabajos, hace las correcciones e imparte su lección.
Luego, los discípulos más avanzados continúan la tarea hasta la siguiente clase magistral.
Al finalizar el año, el taller completo se dispone para mostrar los resultados a través de una exhibición colectiva.
Durante las décadas de 1940 y 1950, la actividad de Marcovich transcurre entre viajes de estudio y la enseñanza en la escuela-taller.
Viajes a países latinoamericanos
- El primer destino fue Río de Janeiro
(Brasil). Allí trabajó a lo largo de un año (1939-1940), período clave de su
trayectoria que la llevó a reencauzar gran parte de los proyectos artísticos y
educativos elaborados de allí en más.
De este período resultan las primeras
obras que más tarde serían identificadas como “las morenas”, un conjunto de
mujeres afrodescendientes a las que se sumaron niñas y niños, maternidades y
escenas callejeras de la ciudad carioca.
Una parte significativa de esta
producción de dibujos y pinturas fueron exhibidas en 1946 en el “Salón Peuser”
de la ciudad de Buenos Aires.
Óleo sobre tabla, C. Marcovich, c. 1940,
Brasil. Foto: Marcelo Giudici.
La mujer ocupa el centro de la escena a
través de retratos, maternidades y escenas callejeras
Los dibujos a lápiz mantienen los tonos
claros que se observan en las otras series, mientras que en los óleos se impone
una materia espesa y la paleta se oscurece.
La factura resulta igual-mente sintética,
con grandes planos de color y el trazo negro característico en la pintura de
Marcovich.
Las Morenas
Cuando Cecilia Marcovich regresó de
Europa en 1931, trajo consigo una enorme piedra de granito negro, adquirido en
Bélgica.
Hasta ese momento sus trabajos escultóricos
eran pequeños, en su mayoría figuras femeninas en yeso y bronce.
"Morena", Marcovich C, Escultura, piedra.Con este bloque talla una cabeza femenina, abriendo la serie de figuras monumentales, dedicaría casi exclusivamente a la mujer afroamericana, con el título: “Las Morenas”.
La crítica destacó la presencia de esta obra en el Salón Nacional de 1940, exhibida junto a la premiada “Cabeza de niña”. Talía Bermejo
Se destacó entre las obras “Cabeza” que luego se abocaría casi exclusivamente al protagonismo de la mujer en producción, en particular, la mujer afrodescendiente y la mestiza (1964).
Retrato de hombre, pastel sobre papel, Humahuaca, Jujuy, c. 1950. Foto: Marcelo Giudici.
Viajes al Norte argentino
- Hacia fines de los años cuarenta y durante la década de 1950, inicia una serie de viajes por el norte argentino, en particular las provincias de Salta y Jujuy.
Eran los itinerarios propios de la época, que alentaron a otros artistas de su generación, como Ramón Gómez Cornet, Spilimbergo, Raquel Forner, Antonio Berni, Grete Stern, a través del registro fotográfico, con la intención de abordar las distintas realidades del país.
En su mayoría las obras son dibujos a lápiz y pastel, la temática escenas de trabajo, de la vida cotidiana y a los habitantes de la zona.
Descarta la búsqueda de lo pintoresco o de elementos exóticos, se direcciona hacia la realidad que contiene de ayer y de hoy.
Personas del Norte argentino. Marcovich C, Pastel s/cartulina.Lo alcanza a través de una compenetración
con el ambiente, estudiando los tipos raciales, la riqueza de la indumentaria,
el paisaje, las tareas primitivas y algunas escenas callejeras en las que se
verifica la mezcla del pasado y del presente.
El
objeto era tomar distancia respecto de una pintura folklórica o pintoresquista
abocada a las escenas de tipos y costumbres, anclada en el pasado y ajena a la
realidad contemporánea
Con este bloque talla una cabeza femenina, abriendo la serie de figuras monumentales, dedicaría casi exclusivamente a la mujer afroamericana, con el título: “Las Morenas”.
La crítica destacó la presencia de esta obra en el Salón Nacional de 1940, exhibida junto a la premiada “Cabeza de niña”. Talía Bermejo
Se destacó entre las obras “Cabeza” que luego se abocaría casi exclusivamente al protagonismo de la mujer en producción, en particular, la mujer afrodescendiente y la mestiza (1964).
Retrato de hombre, pastel sobre papel, Humahuaca, Jujuy, c. 1950. Foto: Marcelo Giudici.
- Hacia fines de los años cuarenta y durante la década de 1950, inicia una serie de viajes por el norte argentino, en particular las provincias de Salta y Jujuy.
Eran los itinerarios propios de la época, que alentaron a otros artistas de su generación, como Ramón Gómez Cornet, Spilimbergo, Raquel Forner, Antonio Berni, Grete Stern, a través del registro fotográfico, con la intención de abordar las distintas realidades del país.
En su mayoría las obras son dibujos a lápiz y pastel, la temática escenas de trabajo, de la vida cotidiana y a los habitantes de la zona.
Descarta la búsqueda de lo pintoresco o de elementos exóticos, se direcciona hacia la realidad que contiene de ayer y de hoy.
Lo alcanza a través de una compenetración
con el ambiente, estudiando los tipos raciales, la riqueza de la indumentaria,
el paisaje, las tareas primitivas y algunas escenas callejeras en las que se
verifica la mezcla del pasado y del presente.
El
objeto era tomar distancia respecto de una pintura folklórica o pintoresquista
abocada a las escenas de tipos y costumbres, anclada en el pasado y ajena a la
realidad contemporánea
Boceto de mujeres con niños. Marcovich C, Carbonilla s/cartulina.“Apuntes al pastel de la Quebrada de Humahuaca”, se subdividía en “Estudios de diferentes tipos raciales”, “Tareas primitivas” y “Escenas callejeras”.
Se interesa particularmente en el retrato de mujeres y hombres de la zona.
Trabaja con modelos y centra la atención en los rasgos faciales y la vestimenta; aunque también se abocó a escenas de conjunto y a la representación de oficios tradicionales.
“Apuntes al pastel de la Quebrada de Humahuaca”, se subdividía en “Estudios de diferentes tipos raciales”, “Tareas primitivas” y “Escenas callejeras”.
Se interesa particularmente en el retrato de mujeres y hombres de la zona.
Trabaja con modelos y centra la atención en los rasgos faciales y la vestimenta; aunque también se abocó a escenas de conjunto y a la representación de oficios tradicionales.
Dibujos y Pinturas de los Altos Hornos Zapla.
Fue un complejo minero-forestal
siderúrgico, constituido por dos minas de hierro, que se encuentra en el
departamento Palpalá, provincia de Jujuy, Argentina. Constituyó el primer
centro siderúrgico de Argentina, donde se hiso la primera colada de arrabio en
1945. Contaba con bosque de eucaliptos para extraer el carbón para los hornos.
En estas obras la máquina domina la
escena en un número importante de piezas.
La mirada apunta, en primer lugar, a las
herramientas, los materiales de trabajo y a las construcciones del
establecimiento siderúrgico.
Pastel h Carbonilla, C. Marcovich, operario metalurgico.
Las figuras de los trabajadores al pie
de los altos hornos de Palpalá, están resueltas de
manera sintética no se detiene en los rostros, quedan subsumidos en el
anonimato, solo se ven protagonistas en cuanto a masa trabajadora.
Cobra interés el proceso de producción
del acero a través de sus diferentes etapas: la tala de árboles, la extracción
del mineral o la colada, entre las más significativas.
Mientras tanto, los hombres quedan
subsumidos en el anonimato o, desde otra perspectiva, se vuelven protagonistas
en cuanto a masa trabajadora.
No obstante, la artista realiza numerosos
estudios sobre algunas figuras con el objeto de detallar la indumentaria y las
herramientas.
Trajes que pesan sobre las espaldas de
los hombres, guantes enormes, botas, gorros que apenas dejan el rostro
descubierto se resuelven a través de planos lisos de color y límites definidos.
A partir de ese viaje en particular
motivaron el surgimiento de los proyectos murales.
de su Casa Museo. Foto: Humberto Rivas.
Su vivienda convertida en Casa-museo
A comienzos de los años sesenta prácticamente
se retira de los circuitos artísticos para abocarse al diseño de su propio espacio
de trabajo y exhibición; pero continuó con las tallas en piedra, los dibujos y
los grabados, simultáneamente continuaba su actividad en la “Escuela de calle San
José”, cerca de Constitución.
En una antigua “casa chorizo”, de la
calle Guardia Vieja al 4100, la transforma en Casa-museo, algunos espacios los
destino para mostrar sus obras producidas en ese mismo momento, otro sitio al
taller, daba algunas clases particulares
Autorretrato. Marcovich, C, Pastel.
El propósito era una “Retrospectiva”, mostrar
la obra realizada a lo largo de treinta años. Dibujos, óleos, pasteles,
monocopias y esculturas fueron montados en distintas habitaciones hasta ocupar
la mayor parte del edificio.
Desde los bronces realizados en París,
yesos y bajorrelieves hasta las grandes piedras talladas desde los años
cuarenta en adelante.
En octubre de 1961, Cecilia Marcovich abrió al público las puertas de
su casa.
La apertura e inauguración de la muestra,
coincidió con el 25° Aniversario de la “Asociación Plástica Argentina”,
acompañada por una revista editada por sus alumnos en homenaje a su maestra.
Complementaba un pequeño catálogo en forma de díptico: Dibujos, Pinturas y Esculturas de Cecilia Marcovich, Del 19 de octubre hasta el 2 de noviembre de 1961; de Lunes a sábados de 18 a 21 Hs.
Toda una generación de estudiantes
reconocía un espacio valioso para la formación artística y el crecimiento
personal, y en especial para quienes entonces participaban activamente en la
comisión de enseñanza, como Alberto Giudici y Victoria Shraer.
La Casa-museo Marcovich constituyó como
parte de un mismo proyecto destinado a construir un espacio de acción personal,
artístico y social cuyo impacto principal se produjo por fuera de los canales
oficiales y especialmente en el marco de la enseñanza.
Retrato. Marcovich, C. Pastel
Premiaciones
Tercer Premio Nacional de Escultura del XXV
Salón Nacional de Bellas Artes - 1936, Medalla de Plata de Escultura en el XV Salón
de Otoño de Rosario - 1940, Segundo Premio Nacional de Escultura del XXX Salón
Nacional de Bellas Artes - 1950, Primer Premio del Salón de Primavera de la
Sociedad Hebraica Argentina - 1962. Premio J. Club, Salón Nacional, Escultura, cabeza
monumental en piedra: “Niña de color”.
Esencia de su trayecto
Definidos momentos conformaron la obra de
Cecilia, la familiar, su formación en París, La producción de su obra, Impartir conocimientos con su Escuela-taller y trasformar su casa
en Museo.
Cada paso implicó desplazamientos
radicales en más de un sentido, disrupciones en cuanto a las expectativas
sociales ligadas al género, como así también respecto de circuitos e
instituciones artísticas.
Para Cecilia Marcovich, la producción
artística y la docencia formaban parte de una misma práctica liberadora.
El ejercicio del Arte enlazaba con las
posibilidades de crecimiento personal; también con el ejercicio de la libertad
creativa y la libertad de hacer y aprender.
“Sólo quiero realizar aunque sea diez centímetros de escultura digna de sobrevivir”
Arnoldo Gualino. Publicación
*Fuente de información de esta publicación,
es un trabajo realizado por Talía Bermejo y forma parte de una investigación
mayor, base de un proyecto curatorial y editorial sobre la obra de la artista
Cecilia Marcovich. Dicho trabajo fue presentado en artículos; Congresos, Simposios
y Jornadas en el C.C. K, Universidad de tres de Febrero, Universidad de M. del
Plata.
Colaboración de Susana Tubert (nieta de
Cecilia Marcovich), Alberto Giudici (crítico y artista, exalumno); Victoria
Shraer (artista y educadora, exalumna).
Las fotografías de época, retratos de artista
de la casa-museo, se deben a Horacio Coppola, Humberto Rivas y Rubén Fontana.
Fotografía de obras de: Rubén Fontana, Alejandro
Saderman y Alberto Giudici.