jueves, 4 de septiembre de 2014

FERNANDEZ BONINA, Ruperto. Pintor y Dibujante


FERNANDEZ BONINA, Ruperto
Pintor y Dibujante

Egresado de la Facultad de Humanidades y Artes de Rosario, hasta 1971, realizó trabajos en Dibujo Técnico e Imprenta. Llevó a cabo tareas educativas artísticas (Pintura, Grabado y Teoría del Color); en la ciudad de San Lorenzo. Ejerció la docencia en el nivel secundario de la escuela Constancio C. Vigil.







En 1965, junto a Mimí Scandel, Lía Maisonave y Graciela Carnevale, conformaron un grupo “de la calle Tucumán”; al 1016 en la ciudad de Rosario.

Entablan amistad con un grupo de artistas plásticos entre los que estaban Aldo Bortoloti, Juan Pablo Renzi, Carlos Gatti, el gordo Giura, Ana María Jiménez, Martha Greiner, Osvaldo Boglione, Rodolfo Elizalde Mario Alberto Escrigna, Eduardo Favario, Carlos Gatti, José María Lavarello, Rubén Naranjo, Norberto Puzzolo.

Fernández Bonina, tuvo participación en el inicio de la agrupación: “Tucumán Arde”.



















Obra
Realiza sus obras sin dibujo previo; los diferentes tratamientos de la línea los emplea en función de la significación expresiva de la obra.
Para no perder la imagen de una idea, registra en bocetos con trazos rápidos que conserva en un envase; a lo que él llama: “Mi caja de ideas”.

Gradualmente las imagenes de sus primeras obras fueron pasando por etapas, variando en los procedimientos, los aspectos formales y los relativos al lenguaje.

En obras de estos últimos años aparece una imagen metafórica recurrente como lo define su autor: “entre las cuerdas”; el ser humano aprisionado en una red de ataduras de sogas, de envoltorios como telarañas.


















Presencia del grito, de la opresión, ser espectador y parte. 
La Historia de la agresión, está escrita en lo profundo del Cuerpo, y pese a que muchas veces desea ocultar con la máscara; también se revela.

Lo violento y lo terrible expresado con mucha sutileza plástica y sin efectismos. Elimina todo elemento trágico, logrando un clima nada complaciente, de angustia, dolor y mucha tensión.

La obra tiene un compromiso con el proceso de la Vida, los personajes los va interviniendo con nuevas situaciones surgiendo nuevas pinturas.












Queda al desnudo la presencia polarizante: del poder dominante y el sojuzgamiento; del mismo modo que son manejadas las marionetas.

En este punto tuvo el aporte y experiencia de haber trabajado en la “Escuela de Teatro de Títeres” de la ciudad de Rosario.















La obra independizada ha quedado finalmente para producir un diálogo interpretativo con su interlocutor.

Para su obra prefiere el óleo con dominantes del blanco, negro y sus posibilidades combinatorias.
En sus últimas obras se pone de manifiesto un gradual proceso de simplificación. 

Y recorre a un particular manera de activar la obra y producir tensiones direccionales: colocando en un preciso espacio de la obra un punto rojo.






En su obra no existe el descanso ni el silencio, hay actividad, que apacigua en los bordes.
“Deseo con la menor cantidad de elementos; lograr la mayor expresión”
Opina de algunos colegas: reconoce los valores de Oscar Herrero Miranda como un renovador de la plástica de Rosario, y le place una serie que pintó del personaje: las “Totó” (figura femenina emblemática creada por este artista).

Considera brillante la obra de Carlos Alonso, como dibujante de profunda expresión; también la obra de Martínez Hovar y el húngaro Lajos Szaloi.

“Mis imágenes no son complacientes, son dolorosas, están apretadas, al borde, en los límites,”. R. Fernández Bonina.

Entrevista: Arnoldo Gualino


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