SUEÑOS. MENTIRAS
Realidad o Fantasía:
La muerte de los sueños
Para que me
hablás con la metáfora, no acepto la irrealidad, los sueños no me sirven.
Falsificar la
realidad, esperando pasar algo por verdadero. Algo lo puedo modificar otras
cosas pareciera que no.
Una mentira
puede ser una falsedad genuina o una verdad selectiva, exagerar una verdad o incluso
la verdad, si la intención es engañar o causar una acción en contra de los
intereses del oyente.
Si no existiese
el componente de esta palabrita, desaparecerían la lectura del cuento a los
niños; los “Reyes Magos”, el
“Príncipe Azul”, las muñecas, los poetas románticos y sus versos, la gran Luna para los enamorados.
Desaparecerían los
artistas, el futuro, la música se convertiría en silencio, la religión de los
cielos.
“La mentira es
la inexistencia real en el mundo de las ilusiones”.
Para los
políticos, la mentira sería: “lo que prolonga el tiempo de una relación en
crisis”; El problema es que les creamos...
Para los
honestos: Es difícil creer que existen mentiras verdaderas... porque la mentira
es siempre mentira.
Para el
soñador: Son las únicas mentiras que se pueden realizar.
“No porque todo el mundo crea en una mentira se convierte en verdad”.
Un romántico
hubiese utilizado: Prefiero que me hiera la cruda realidad a que me envenene la
mentira piadosa.
Para el
mentiroso: Sólo hace daño cuando es descubierta, y buscará pronto otra mentira.
El engañado: No
me molesta que me hayas mentido, lo que me molesta es que ahora no puedo
confiar en vos.
En ciertos
casos, también guardar silencio es la mayor mentira; pero no decir algo es
igual a mentir.
Cuantas veces
hemos escuchado decir otra edad, modificar un número telefónico, inventar un
romance.
La mentira
implica un engaño intencionado, consciente, ser humano tarda más mintiendo que
diciendo la verdad.
Una mentira no tendría sentido si
la verdad no fuera percibida como peligrosa.
Por qué me sigues mintiendo, si al final me
tendrás que decir la verdad
Respecto a la
tradición ética de los filósofos se polarizan en la aceptación como la aceptada
por Platón o Maquiavelo y las corrientes de Aristóteles, San Agustín y Kant que
no la aceptaban.
El filósofo Leo
Strauss acentuó la necesidad de mentir para ocultar una posición estratégica, o
para ayudar a la diplomacia.
Comediantes y
humoristas apelan con propósitos humorísticos comúnmente bromear, engañar,
falsear situaciones. Práctica rápidamente incorporada por los políticos de todo
el Mundo.
En “Pinocho”, de Carlo Collodi, el personaje
de madera cuyo nombre da título a la obra es un muñeco de madera cuya nariz
crece cada vez que dice una mentira.
La persona que
dice la verdad se diferencia en el hecho de que el mentiroso quiere esconder la
verdad, mientras que el otro la quiere revelar.
"Ocultar la verdad es la forma más
sutil de mentir".
Un mentiroso
debe tener siempre en cuenta la verdad para que al menos no se le vaya a
escapar por accidente.
Una mentira
repetida mil veces se convierte en una realidad; lamentable aplicación
realizada por el Ministro de la propaganda Nazi Joseph Goebbels decía: “Miente, miente, miente que algo quedará”,
se basaba en cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá.
Pero como el
hombre es hombre: Quien siempre dice la verdad, puede permitirse tener mala
memoria.
No aceptaríamos
al ladrón de bancos cuando niega el robo; y en cierta forma aceptamos sin
condenarlo al vendedor de coches que asegura a su cliente un kilometraje menor.
No me molesta que me hayas
mentido, lo que me molesta es que ahora no puedo confiar en vos.
Tomás de
Aquino, distingue tres tipos de mentiras: la útil, la humorística y la
maliciosa; a todas considera pecado; pero de diferentes tonos: pecados
veniales, mientras que la mentira maliciosa es pecado mortal.
La considera
más grave es la “calumnia” imputando a algún inocente una falta no cometida en
provecho malicioso.
Es difícil creer que existen
mentiras verdaderas... porque la mentira es siempre mentira.
La mitomanía patológica de
producir o inventar mentiras para ocultar algo y lograr un beneficio; en el
pasado surgió el “cuco”; personaje popular utilizado por los adultos para
asustar a los niños que no querían dormir, comer, o hacer algo.
Creo que los sueños son las únicas mentiras
que se pueden realizar
Artículo: Prof./Lic. Arnoldo
Gualino
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