FABIÁN
MARCACCIO
Artista
Plástico
Nacido en
Rosario, Argentina, en 1963, concurrió al taller de artista plástico Jaime
Rippa.
Estudió
Filosofía en la Universidad de Rosario.
En 1985, a los 22 años, se
trasladó a la ciudad de Nueva York, donde continúa viviendo y trabajando.
Desde mitad de
los noventa a sus realizaciones las denomina paintants = pintante, obras que
basadas en diferentes procedimientos, un híbrido de material fotográfico, arte
digital, técnicas escultóricas, pintura, instalación, cine y teatro.
Su influencia
de base fue el neobarroco por la idea de exceso de texto que produce ruido, la
idea de travestismo, por la narración que va consiguiendo: Severo Sarduy,
Néstor Perlongher, Arturo Carrera o Emeterio Cerro.
Es una pintura
de acción para el espectador, son Instalaciones que proponen recorridos
obligatoriamente deba recorrerlas estableciéndose inevitablemente la relación
tiempo-espacio.
El proceso
constructivo que emplea este artista es a partir de un archivo de imágenes
digitales, a veces comienza a partir de una foto que va relacionando con un
fondo pictórico al que luego digitaliza, a veces con una concepción de relieve.
No es un
proceso sistemático es un proceso empírico; etapa que la defino como, un
trabajo de campo; a veces me exige salir a capturar una determinada imagen
fotográfica.
Este tipo de
obras se basan que su proceso constructivo de la idea del sitio múltiple.
“…vivimos
en una realidad de sitio múltiple. Si pensamos en la concepción de sitio de los
años setenta, ese espacio unitario empezó a entrar en crisis en las décadas del
ochenta y noventa. Por ejemplo, el land art empezó a necesitar la fotografía
para documentar el sitio, y esas fotos se transformaban en nidos periféricos a
la obra.
Si pensamos en la rutina de un día
cualquiera, uno se despierta a la mañana y simultáneamente toma un café real,
chequea el correo electrónico, oye un bocinazo, mira la televisión. Quiero que
la obra sea parte de ese collage virtual-real que estamos viviendo”…
Una de sus
obras presentadas en N. York es una pintura-robot; mediante una computadora,
una pistola iba tirando un disparo de pintura cada treinta segundos en un lugar
predeterminado de la pared.
"Así se iba creando una especie de
pintura meteorológica por la cual un píxel de computadora se transformaba en
un splash de pintura.
La idea fue hacer que el espectador
entrara en el espacio mediático, como si entraras en una impresora y tuvieras
que esquivar las balas de color.
El sonido que provocaba el soplete
indujo a un músico amigo a mezclar un sonido de percusión y trompeta y que
junto al robot denominaron Metronom”.-
Fabián
Marcaccio
Obra
Al comienzo más
sujeta a problemáticas más pictóricas; a mediados de los ´90 fue hacia
territorio más complejo de una interpretación semiótica.
Para hacer
pinturas llevó a cabo procedimientos de transferencia a través del Grabado.
Posteriormente
a partir de una mirada analítica, continúan estas problemáticas pictóricas pero
menos abstractas, pues ha comenzado a conjugar diferentes vocabularios,
compuestos de textos políticos, imágenes de manifestaciones, signos, slogans
utilizados como publicidad política, exige decodificar una lectura
fragmentaria.
Un trabajo
comparativo de modelos pictóricos de la realidad; con modelos científicos o
modelos políticos.
Este logro lo
plasmó a través de serie de “tomas” de una pintura en movimiento. Una de ellas
basaba en la obra de Jackson Pollock, mostrando pedazos de cuerpos all-over.
Otra es una
pintura hecha a base de animación, visualizada a través de una pantalla de
plasma.
En una tercera
obra, la pieza principal central es una pintura escultórica, que en realidad
parece una escena de una película que se mete en una escultura y la vuelve un
fantasma.
No es pintura,
ni foto, ni escultura, es el resultado de una relación compleja entre
fotografía, impresión, modelado de plástico y pintura. Resulta una pintura que
ocupa un espacio tridimensional o una superficie modelada como escultura pero
sin cuerpo.
Las artes
tradicionales, se construyen desde la unidad a la totalidad (pintura,
escultura, arquitectura) y hay artes que surgen en el siglo XIX (la fotografía
y el cine, básicamente) que se construyen de la totalidad a la unidad.
Los
procedimientos de la digitalización permitieron que la fotografía o el cine
adquieran algo de esa construcción desde la unidad a la totalidad.
El software que
genera esta situación se basa en una estructura que va de lo particular a lo
general.
Una foto a
través de un proceso digital puedo otorgarle características pictóricas.
La Pintura está
en una permanente condición de “variante”, en un complejo estado de existir
dentro y fuera de sí, en un estado de fantasma y mutante.
En una continua
maniobra por definirse a sí misma y a sus propios fundamentos en relación con
los otros campos.
Se apoya y
defiende el derecho a lo subjetivo; está abierta a múltiples modos de referirse
a lo real.
Como todos los
procesos humanos, transmite modelos continuos, productivos y orgánicos.
En nuestras
múltiples realidades contemporáneas, la producción plástica valoriza la
mutación y la corrupción, como productores de enlaces.
Uno de los
interrogantes que preocupa e investiga Marccacio, es si el medio tradicional de
la Pintura, puede sobrevivir en la era digital.
Más allá de la
dialéctica, la crítica de arte conceptual y la práctica pintura pura existe la
necesidad de encontrar la integración.
Del mismo modo
que Jackson Pollock, sorprendió con otros modos de llevar a cabo su producción;
Marcaccio, incorpora las nuevas tecnologías digitales e industriales; como manera
de expresar sus preocupaciones espaciales y temporales.
Los resultados
son pinturas ambientales, animaciones y "Paintants" que combinan la
imaginería digital manipulada, forma escultórica, y tres superficies
dimensionalmente pintadas.
En el 2011
Marcaccio recibió el "Premio
Bernhard Heiliger para Escultura" del alcalde de Berlín, Klaus
Wowereit.
Sus obras
ocupan un panorama en la plástica actual.
(Del catálogo de Heute Malerei Berlín, 2013).
La pintura actual es una forma de
resistencia, una forma de trabajo, una manera alternativa de deseo y de ser en
el mundo.
La pintura es un trabajo no alienado,
continuo y orgánico. Su producción sigue una lógica que va de abajo hacia
arriba, de la unidad a la totalidad.
Estos atributos característicos la hacen
blanco de ataques de izquierda, de derecha y de centro y la convierten en
demasiado idiosincrásica, demasiado humana, demasiado animal, demasiado
caótica.
La pintura es resistencia contra la
inercia del arte basado en el lenguaje y en imágenes prefabricadas, contra la
cultura de los fragmentos cut and capture desmembrados de cualquier ámbito de
fotografía, video o cine.
Se opone a la burocrática y monolítica
explotación de datos que va de arriba hacia abajo.
Es una alternativa a la lógica
parasitaria de desmaterialización y de proyecciones de luz. Está en contra de
la endeble cultura de lo “interesante” y a favor del “interesado”.
La pintura aún produce innovaciones
esporádicas y desencadena un afecto singular.
Los artistas conceptuales intentan
utilizarla, los pintores en general abusan de ella, los fotógrafos la usan como
premisa, las artes digitales la recrean sin cesar, y el mercado ama esa
mercancía oscura y escurridiza.
La pintura tal vez pueda superar su
complejo de inferioridad respecto a los otros, nuevos medios.
Artículo: Prof. Arnoldo Gualino
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