STEPHEN ROBERT
KOEKKOEK
Pintor Inglés en Argentina
Nació en
Londres, el 15 de octubre de 1887 en Londres, Inglaterra.
Su padre
Hermanus Junior Koek Koek; también pintor holandés, firmaba sus obras con el
seudónimo J. Van Couver y se había radicado desde 1869 en Londres.
Con una
generación de antepasados de artistas holandeses de los países bajos;
destacándose dieciséis pintores destacados, de la escuela Holandesa.
De muy joven
sabía pintar con su tío Jan Koekkoek, quien influyó en él con su manejo
pincelada suelta.
No se registra
que haya estudiado formalmente pintura, aunque sí contaba con la experiencia
proveniente de una familia de artistas de reconocimiento.
Stephen hasta
los 21 años vivió en Inglaterra y Holanda, con la muerte de su padre, vende
todos sus bienes e inicia un viaje por el Mundo recorre el continente americano
desde Canadá hasta Tierra del Fuego.
En 1910, llega
con su familia a Lima viviendo un tiempo. Trabaja en Bolivia en una mina de
estaño; luego viajan a Chile pasando unos años, enseñaba inglés para vivir;
recorre el sur y la Patagonia Argentina.
Llega a la
ciudad de Mendoza, traba amistad con el pintor Roberto Azzoni; se casa su
hermana Nella Azzoni.
En Mendoza desarrolló
gran parte de su obra, inspirados en su paisaje; luego expuso en el país así
como en Chile, Perú, Brasil, Uruguay y Nueva York, obteniendo gran en crítica y
ventas.
La familia tuvo
un hijo, viajaron a Buenos Aires, el matrimonio tuvo un pronto fin, con los
años su hijo Bernardo Winkfield, fue contador del Club Hípico.
En 1918 vivía
en Banfield compartirá un cuarto con el poeta y periodista colombiano Jorge
Escobar Uribe (Claudio de Alas), 1886-1919; quien se suicida, convirtiéndose
este en un hecho crucial para la vida de Stephen, quien entra en una profunda
depresión; volcándose a la bebida y al consumo de cocaína.
Por entonces su
pintura tenía un acento impresionista, este hecho produce una modificación,
hacia el expresionismo con gruesas pinceladas cargadas de materia.
En 1919, lleva
a cabo una muestra pictórica en la Cooperativa Artística; el crítico del diario
“La Nación” Julio Navarro Monzó, le
hizo una nota a su favor.
Buenos Aires es
un buen mercado para el arte, realiza una muestra en la Galería Witcomb; el
artista llegó a ganar buen dinero y vivir en condiciones de dandy, del mismo
modo de obtener lo gastaba; era un romántico y bohemio a su manera.
Alquila un
chalet en Banfield, luego se muda al centro a un atelier en la planta alta de calle
Florida; espacio que comparte con un conocido fotógrafo, pintor y escultor de
apellido Zuretti.
Viaja
constantemente a Chile, realiza una muestra importante en Bahía Blanca, otra en
Montevideo.
Expone en Perú
y Estados Unidos, regresa a Buenos Aires con mucho dinero; compra un
departamento de la Avda. Córdoba 850.
Recorre
distintas ciudades deambulando en pensiones y hoteles y restaurantes pagando con sus cuadros.
Se hospedaba en
el “Hotel Savoy” de Buenos Aires, después
partió a Chile.
El Estado argentino
en 1925 paga buen dinero por una de sus obras para regalarle al Príncipe de
Gales.
Conoció y tuvo
amistad con el pintor de la Boca Quinquela Martín.
Su interés por
la carrera de caballos, lo llevaba a trabajar intensamente para mantener su
vicio, vendiendo su obra a bajo precio. Se hizo común que dejara estas obras
para cubrir los gastos de su estadía.
Debe bajar sus pretensiones,
se muda del costoso centro de Buenos Aires al barrio de Once y después a
Constitución.
En 1926, es
detenido por la policía en la “Plaza
Lavalle”, está borracho y drogado con morfina; muy próximo a la demencia,
en 1926 estuvo internado tres meses, en el “Hospicio
de la Merced”, actual “Hospital
neuropsiquiátrico Borda”.
Su amigo y
marchand Orero, se entera, lo visita y logra una autorización para que lo dejen
pintar durante su internación.
Los doctores
que lo atienden compran sus obras. Koek Koek tiene delirios megalómanos y
creyendo que es Napoleón, otorgando distintos cargos militares a los enfermeros
y doctores.
La mayor parte
de las obras de ese período, después de la internación, las realiza sobre
tablas y tablones arrancados de los muebles y puertas de las distintas
pensiones.
En 1927, su
amigo Estanislao De Urraza, le organiza una exposición en La Plata.
Viajó a
Uruguay, expuso en Lima, en Río de Janeiro. También en destinas provincias de
la Argentina.
Deambulaba por
hoteles y pensiones, sin dejar nunca de pintar, tuvo una obra muy prolifera que
la realizaba en escasas horas.
Luego de
exponer en Bahía Blanca; en 1933, pasará un en la ciudad de Rosario. Emprende
numerosas actividades y comienza a escribir una obra de teatro que queda
inconclusa.
En 1934 viaja a
Montevideo, y de allí a Chile; el 20 de diciembre de 1934 muere en la pieza de
hotel. en una habitación de hotel en Santiago de Chile.
El entonces
presidente de Chile, Arturo Alessandri Palma su amigo, organizó su funeral.
Los médicos
diagnostican un paro cardíaco, producto de una mezcla de alcohol con
barbitúricos. Vivió casi 20 años en Argentina.
Era un hombre
distinguido, fino, tímido; no le gustaba hacerse ver; de mediana estatura,
robusto, de ojos saltones. Un
temperamento altamente enérgico, nervioso y con mal humor.
Era natural en aquella
época, considerar a los artistas por sus modos y costumbres de seres bohemios y
exóticos
Tenía una
apariencia de ser y vestir sorprendente; excéntrico modo de caminar por calle
Florida; siempre vestidos con traje inglés, chaleco, sombrero Stetson y bastón
de caña de malaca con empuñadura de malaquita; fumaba los grandes habanos
Eduardo VII.
Bebía en exceso
jerez, al gin y a todo el alcohol que mezclaba con un toque de salsa inglesa. Consumía
cocaína y la morfina.
Una
personalidad incansable, su vida tempestuosa y trágica, mezclados con largas
jornadas de trabajo, debió realizar
regularmente tratamientos e internaciones en instituciones
Psiquiátricas.
Obra
Fue un pintor
extremadamente popular y de reconocimiento en Argentina y Chile, realizando
cincuenta muestras con más de tres mil obras; todas de gran éxito y muchas
ventas.
Llevó a cabo
una prolífera y numerosa producción, próxima a las 10.000 obras, solo realizó
pinturas.
No pintaba al
aire libre, sino en su taller o pensión, sin bocetos previos ni frente al
modelo, utilizando su memoria.
Pintaba con
mucha intensidad hasta tres obras por día, exigido para pagar alquiler y
vicios. Admirador de Van Gogh, Goya y Sorolla.
En la primera
época los trabajos son de espontaneidad y características del
post-impresionismo.
En 1919, luego del suicidio de un colega Claudio de Alas, a
quien había conocido años antes en Chile; quedó profundamente afectado,
llegando a modificar su personalidad y modo de pintar.
Abandona la
paleta atemperada, rica en matices grises con toques rojos y verdes armonizados;
para llegar a una pintura que presenta contrastes cromáticos cada vez más
violentos.
Su pintura
comienza a ser espontánea, carece del dibujo previo y de retoques posteriores,
capta el espíritu nacional de América del Sur.
Pone de
manifiesto y expresa sus pasiones a
través de una temática barroca misteriosa y dramática de clima oscuro con una
materia espesa de violentos claroscuros.
Los temas más
recurrentes son religiosos; interiores de grandes dimensiones de iglesias
oscuras, frailes cubiertos con telas y pliegues espesos, cardenales,
procesiones iluminaciones nocturnas con grandes velas.
Las figuras de cardenales
que recuerdan a los Bishops, (obispos) anglicanos que conoció en su Londres
natal.
Otras temas que
supo abordar fueron: playas, puertos, marinas, cabarets.
Su admiración por
el Gral. José de San Martín, lo llevó a pintar una serie de pinturas que
reflejan el cruce de los Andes del Gral. San Martín y aspectos del héroe en los
últimos años de su vida.
Las obras están
pintadas sobre todo lo que tenía a mano, los soportes son de naturaleza
variada: lienzos, sábanas, o superficies rígidas como cajas de habanos, madera
terciada de los placares y mobiliarios de las pensiones y hoteles; muchas pintadas
directamente al óleo sin fondo observando los bordes serruchados para lograr de
la superficie varios cuadros.
Indistintamente
recurría plasmar sus obras pinceles o sus propios dedos.
“El hombre del destino:
Con soberbia y arrogancia,
mis pinceles magistrales
dejan huellas en el suelo,
de mis pasos inmortales”. Koekkoek
Artículo:
Arnoldo Gualino
Fotos: Página
Internet de: Esteban Ierardo / Andrés Manrique Colección, propiedad de la
Familia Roulier, conocidos dueños de un Hotel en Constitución en Bs. As. el
cual se hospedaba Stephen Robert." Lic. Soledad Armendáriz. Libro de Ignacio
Gutiérrez Zaldivar. Ed. Atlántida 2009. Catálogos de muestras.
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