El significado de las palabras depende de su uso; cuando se carece de conocimientos la expresión oral queda limitada.
Agnosticismo proviene del griego α=sin; y gnōsis= conocimiento.
La única herramienta capaz de combatir la ignorancia y transformar al
individuo en un ser de conocimiento es “la Educación”, que busca ser la práctica
de la libertad.
Los hombres no se hacen en el silencio, sino en la palabra, en el trabajo,
en la acción, en la reflexión.
Como Educar requiere un proceso lento, las políticas prefieren los éxitos visibles
y rápidos: No hay Cultura del pueblo
sin política del pueblo.
Aristóteles reflexionaba así: Los padres que instruyen a sus hijos son
preferibles a los que solamente los engendran, pues éstos les dan la vida, pero
aquellos la vida feliz.
La estupidez es un asunto humano y en menor o mayor medida se encuentra
presente en todos.
En otros tiempos se ocultaba; hoy se la proclama, como si los necios
estuvieran anunciando su ansiada victoria sobre el pensamiento.
“Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana; y del Universo
no estoy seguro”: decía sabiamente
Albert Einstein
Lo problemático es que el Mundo y la estupidez, se encuentran en constante
evolución y expansión desparramado por todo el planeta; incrementada por la
falta de pensamiento y la uniformidad en la Sociedad actual; que se parece a
todo y no se parece a nada.
Albert Camus expresaba: "que la estupidez insiste siempre".
El modelo de la estupidez y la mala educación; signan una involución: El
retorno al primitivismo; ignorando todas las propuestas filosóficas que ha ido
tejiendo la memoria humana.
La estupidez es un modelo de la Sociedad Mundial, incrementado por la
Globalización y debe su origen a la “Mala Educación” y la “Ignorancia
Cultural”.
Otro aporte hacia la estupidez se debe al diseño de algunos maquiavélicos
perversos talentosos.
Es un producto fácilmente digerido por una mayoría, hambrienta de vacíos y
capacidad por descender al grado más bajo.
Ayudados por todos los progresos tecnológicos de comunicación y difusión,
consigue que todo esté al alcance de categorías sociales que antes estaban
excluidas de ella.
El grado de imbecilidad colectiva, se ha desarrollando de modo alarmante.
Un enorme “ejército de papanatas”; adicto a los medios y negados de
pensamiento reflexivo; malgasta sus horas de vida consumiendo este gran vómito
de acontecimientos, temas y diálogos creado para “mal entretener”.
“Nunca el Mundo fue tan desigual en las oportunidades que brinda, pero
tampoco fue nunca tan igualador en las ideas y las costumbres que impone”.
En la actualidad las personas quieren “hacerse notar”, y fatalmente, en
muchos casos sólo logran “hacernos sentir su imbecilidad”.
En otra época no tan remota, la estupidez no se exponía, no se hacía
reconocer. Existía pero no estaba tan visible, quien sabía sus carencias de su
Cultura sentía un complejo prefería el silencio a inferir algo sin conocer.
Desbordan los espectáculos vulgares y mediáticos y la Vida es como una
réplica de la vulgaridad que se difunde por todos los medios; se derrama como
un perfume barato.
En toda relación humana lo más importante es hablar, pero se ha hecho
corriente emitir sonidos sin lógicas ni contenidos.
El estúpido y mal educado, es ruidoso, trivial, irreflexivo, atropella,
grosero, obvio; no le basta con equivocarse; lo proclama a los cuatro vientos,
quiere que todos lo escuchen, ríe cuando alguno le señala el error.
La estupidez, se enfrenta al conocimiento con burla, con risa: encuentran
que el libro es un objeto anticuado y pasado de moda; y desconoce que en el
diccionario ya figura el término: “Analfabeto”.
Los estúpidos demuestran inteligencia cuando se dan cuenta de su estupidez.
Los que no la aceptan son simplemente estúpidos.
“Las personas no están jamás tan cerca de la estupidez como cuando se creen
sabias”.- Jean-Baptiste Molière
Artículo: Prof.\Lic. Arnoldo Gualino
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