sábado, 9 de marzo de 2013

JULIÁN CENTEYA. Compositor de Tango


JULIÁN CENTEYA
 Compositor del Tango

JULIÁN CENTEYA (1910-1974), seudónimo de Amleto Enrique Vergiati, nacido en Parma Italia.

Su padre, un periodista del diario "Avanti", que se editaba en Borgataro, Pcia. Parma en Italia.
De ideas y comprometido con el anarquismo y perseguido por el fascismo; debió trasladarse a Génova y finalmente huir de su país el 14 de abril de 1912, emigrando a la Argentina. 







Amleto con su padre cuando era un niño.

A este país arribaron: el jefe de familia, su mujer, Amalia, dos hijas mujeres, Amleto y una mascota Cri-Cri que aparece en una de sus letras. 

Radicados inicialmente en San Francisco (Córdoba), por las dificultades con el idioma castellano no pudo ejercer su profesión de periodista y trabajó en una carpintería. 
En busca de mejores horizontes en Septiembre de 1923, la familia se traslada a Buenos Aires en el barrio de Parque Patricios.




Elena Gorizia Vattuone, "Grisel".

Cursó sus estudios secundarios en el colegio Nacional Rivadavia, en Chile y Entre Ríos, pero no los pudo terminar al ser expulsado por mala conducta en tercer año.
Julián Centeya estableció una profunda relación afectiva con la ciudad, en particular con su barrio, Boedo, de donde se consideraba oriundo. 

Contrajo matrimonio con Elena Gorizia Vattuone, (nacida en Buenos Aires en 1920), era hermana de la conocida Nelly Omar; pero su desordenada vida bohemia hizo que la pareja se destruyera.













Se destacó como poeta, recitador y letrista de tango argentino, conocido por sus poesías y textos en lunfardo. Llamado: “El hombre gris de Buenos Aires”

Julián fue un peregrino que deambuló de pensión en pensión y de desalojo en desalojo. 
En el trágico 1955, fue confundido con periodistas de la oposición y puesto entre rejas.

Su primer libro de poemas en 1941: “El recuerdo de la enfermería de Jaime”, firmado con el seudónimo de Enrique Alvarado.
Escribió letras de tangos con importantes músicos como, Enrique Pedro Delfino, Enrique Francini, Lucio Demare y Hugo del Carril.






Se desempeñó también en radio: Radio Colonia (Uruguay), con su programa: “En una esquina cualquiera” y en Radio Argentina, con su programa: “Desde una esquina sin tiempo”.

También redactó artículos para los diarios: "Crítica", "Noticias Gráficas" y "El Mundo".
 En 1969 publicó: “La musa del barro”, con prólogo de César Tiempo, considerado su mejor libro. En el Mismo incluye poemas-homenaje a: Anibal Troilo a Juan Bertana y a Barqquina.











Grabó en la RCA Víctor varios de sus poemas, incluyendo "Atorro": es una profunda descripción personal, colmada de soledad y tristeza.

 Durante 1971 publica su única novela: “El vaciadero”: representando el mundo de marginados consagrados a buscar objetos en los basurales.

 Julián amaba a los perros, cierta vez lo mordió “Chango”; su propio perro: "Me mordió fulero, ¿sabés?... Se juntaron los vecinos… Empezaron a gritar… que estaba rabioso… Que tenía que llevarlo al Pasteur. ¡Al Pasteur! Y yo no lo llevé… ¿Cómo iba a meter en cana a mi propio perro…?".









Sostenía que el escritor debía estar comprometido profundamente con lo que escribía: - - “Para escribir hay que vivirla; si no nos acunamos en el camelo literario” -  
Julián escribió medio centenar de letras de tangos, valses y milongas. Como periodista llegó a trabajar en cinco publicaciones a la vez.
Escribió sobre cine, deportes, costumbrismo, tango, lunfardo e información general.

En esas andanzas por las redacciones más diversas, usó distintos seudónimos: Juan Sin Luna, Enrique Alvarado, Shakespeare García.
Pero en 1938 escribe una milonga en que inventará su nombre definitivo:
"Me llamo Julián Centeya,
 por más datos soy cantor.
Tuve un amor con Mireya.
Me llamo Julián Centeya,
su seguro servidor".





Escribía glosas, fue animador, conductor, libretista radial, en sus últimos años, comentarista televisivo. Irónicamente decía: "Tarde ahora que estoy flaco y fulero".


Sus tangos más conocidos
"Claudinette" con Enrique Delfino; "lluvia de Abril" y "La vi llegar" con Enrique Francini; "Más allá de mi rencor" con Lucio Demare; "Lison" con  Ranieri; "Julián Centeya" con José Canet y "Felicita" con Hugo del Carril 







La musa mistonga
 Yo canto en lunfa mi tristeza de hombre
 ando la vida con mi musa rante
 ella es así de maleva y yo atorrante
 camina a mi costado y tiene un nombre.
 Nació conmigo en Boedo y Chiclana
 y se hizo mansa a juego de palmera
 nunca una bronca, siempre cadenera
 vivo con ella muy a lo banana…






Mi viejo  Poema Lunfardo
 Quisiera amasijarme en la infinita
ternura de mi barrio de purrete,
con un cielo cachuzo de bolita
y el milagro coleao de un barrilete.

Verlo a mi viejo, un tano laburante
que la cinchó parejo, limpio y claro;
y minga como yo, un atorrante
que la va de verso y se hace el raro.

Mi viejo carpintero era grandote,
y tenía un cuore chiquilín siempre en la vía.
Su vida no fue más que un despelote
y un poco, claro está, por culpa mía.

Vino en el Comte Rosso, fue un espiro.
Tres hijos, la mujer, a más un perro.
Como un tungo tenaz la fue de tiro.
Todo se la aguantó: hasta el destierro.






Y aquí palmó... aquí está adormecido
mi viejo el pobre tano laburante.
Se la tomó una cheno de descuido
y me dejó un recuerdo lacerante.

¿Qué mundo habrá encontrado en su apoliyo?
Si es que hay un mundo pa'los que se piantan.
Sin duda el cuore suyo se hizo grillo
y su mano cordial es una planta. 

Julián Centeya, murió una madrugada del 26 de julio de 1974, en una residencia geriátrica solo. 

   Artículo: Arnoldo Gualino

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