El engrandecimiento del país se hará posible después de la
ruptura del poder político centralizado y los grandes feudos, la nueva
mentalidad otorgó importancia a lo económico y social a través de la colonización
y emigración que marcharán paralelamente.
Gran parte del extenso territorio argentino después de la caída
de Juan Manuel de Rosas, estaba gobernada por una elite de terratenientes y
habitado por nativos.
Aarón Castellanos (1799-1880)
En tiempos de la “Confederación”, (denominación de derecho que
recibió Argentina desde 1853 hasta 1862, en la época del gobernador general
Juan Manuel de Rosas), la entrega de tierras era el arma propagandística.
En el año 1853 se firma un contrato entre el gobierno de Urquiza
y le empresa colonizadora de Aarón Castellanos
Al llegar a nuestro país, los inmigrantes tuvieron varias
alternativas: convertirse en colonos (que les abriría el paso para llegar a ser
propietarios de las tierras) o ubicarse como arrendatarios, sin la posibilidad
de transformarse en propietario, llevando circunstancias adversas como los
resultados de la cosecha y las obligaciones que les imponían los propietarios:
trillar con la máquina que éstos le indicaran, venderle a él la cosecha y
adquirir los artículos de primera necesidad en un comercio determinado.
Para incrementar la inmigración en marzo de 1854, arriban al
puerto de Rosario los primeros extranjeros.
Durante el tendido de las líneas ferroviarias, que comenzaron en
1863, fue promocionada en Europa la posibilidad de trabajo y radicación en la
Argentina.
Los gobiernos de Italia y España a través diferentes medios;
ordenes religiosas, agentes de las empresas de colonización promocionaban con
folletos lo favorable y exitoso para ocupaciones laborales e información para
facilitarle el viaje.
Arando con caballos
En 1866 puede considerarse el arribo del primer contingente de inmigrantes (en su mayor parte de origen suizo, aunque había franceses y alemanes), para la colonización de “Esperanza”, la primera colonia estable fundada por Aarón Castellanos, en la Provincia de Santa Fe.
En 1866 puede considerarse el arribo del primer contingente de inmigrantes (en su mayor parte de origen suizo, aunque había franceses y alemanes), para la colonización de “Esperanza”, la primera colonia estable fundada por Aarón Castellanos, en la Provincia de Santa Fe.
Entre 1863 y hasta 1874 arriban al país 94.000 inmigrantes,
cifra que en 1874 subió a 313.000
Según datos del Censo Nacional de septiembre de 1869, de
1.737.000 habitantes, 211.000 son extranjeros: 72.000 italianos; 35.000
españoles; 32.000 franceses; 11.000 ingleses; 6.000 suizos; 5.000 alemanes; el
resto pertenecía a países limítrofes. La actividad laboral se dividía en 40%
agrícola, 30% industrial, y 30% domiciliaria.
Con el objeto de colonizar las distintas zonas del país, se
otorgó a cada colono un campo de hasta 100 hectáreas.
En 1857 el gobierno en Buenos Aires, alquiló un edificio en la calle Corrientes con la numeración 8; Las
instalaciones eran deficientes y precarias, recibiendo ese mismo año un grupo
de treinta y seis personas de origen
suizo.
En 1874, La municipalidad cedió un terreno de 8 manzanas en
Palermo; construyendo casillas de madera y carpas. Al que denominó: "Asilo de Inmigrantes Provisorio de
Palermo"; con una capacidad de 300 personas. Clausurado tiempo después
por la peste de Cólera.
En 1882, un grupo fueron llevados hasta un local que ocupaba
parte del terreno de la actual Plaza San Martín.
El gobierno decide instalar el “Asilo
de Inmigrantes”; en el local que
había servido para la “Exposición Industrial y Artística Italiana”, en Cerrito
entre Arenales y Juncal. En 1884 se realizan tareas para ampliar sus instalaciones.
Depósitos de bultos de inmigrantes
De manera temporaria e intermite hasta comienzos de 1890 se utilizó “El Asilo de San Fernando”.
Con iguales objetivos, en 1886 se arrienda y reacondiciona, en
Caballito, la quinta del Dr. José Ocantos; las quejas de los vecinos obliga a
su cierre en 1888.
Hotel de la rotonda; conocido como el "Hotel de Inmigrantes
Redondo", próximo a la estación ferroviaria. Funcionó desde 1888 hasta
1911.
En 1906, la empresa Udina y Mosca inicia la construcción del “Hotel de Inmigrantes”, en Avenida Antártida Argentina 1355, Puerto
Madero.
La edificación finalizó en 1911; de cuatro pisos con una
capacidad de 250 personas,
Tranvía de los Inmigrantes, el servicio trasladaba desde el Hotel de los Inmigrantes; Buenos Aires, 1912.
Su objetivo alojar de modo gratuito a los inmigrantes desembarcados procedentes de todo el mundo.
El complejo otorgaba: asesoramiento, atención médica, alojamiento
y traslado de los inmigrantes a un destino según sus conocimientos y
preferencias.
El hotel dejó de funcionar en 1953; en 1995 convertido en
monumento histórico como Museo de la Inmigración.
Los inmigrantes en Rosario: El primer espacio para este fin, se
estableció en 1870 en la zona portuaria; trasladado al año siguiente a Urquiza Nº
20 y Puerto, hoy es la arteria San Martín. Un local con capacidad para 300
personas.
MANUAL DEL INMIGRANTE - Año 1902
(Difundido por las compañías de inmigración en
Italia, que viajaban a la Argentina. año 1902).
- Cuando una banda toca el Himno
Nacional, todos los presentes se
descubren la cabeza en señal de
reverencia.
- A cualquier mujer, sea una dama
o una lavandera, se le dice
habitualmente "señora".
Llamar a una "donna" del pueblo "mujer", suena bien, ya que
equivale a decir "hembra".
- Para llamar a la gente en la
entrada de la casa, no se golpea ni se grita; se baten las palmas de las manos.
- Para llamar a un carruaje o para
avisar desde lejos al conductor de un tranvía para que pare, no se dice
"pss, pss, pss, sino "psiiió, psiiió".
- En los cafés hay siempre un
lugar especial para las señoras. Son
admitidos sólo los hombres que las
acompañan.
- En un café o en un restaurant se
llama al camarero batiendo las palmas dos veces y agregando inmediatamente la
llamada de "mozo". No se golpea sobre la mesa el vaso.
- En la platea de los teatros y
cines, no está permitido, ni siquiera a las mujeres, llevar el sombrero puesto,
ya que se impediría a los otros ver la escena.
- No se fuma ni en los tranvías.
El aviso "Está prohibido salivar", significa "vetato
sputare"...
- Por la calle no se camina fuera
de la vereda; de hacerlo, recibiría el
calificativo de
"atorrante", que equivale a "mendigo".
Artículo: Prof.\Lic. Arnoldo
Gualino
Bibliografía: (Historia
del Arte en Rosario) – www.arnoldogualino.com.ar
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