sábado, 11 de mayo de 2013

DANIEL SCHEIMBERG. Artista Plástico



DANIEL SCHEIMBERG.   Artista Plástico

Daniel Scheimberg nació en Rosario, Argentina en 1957.
Estudió en la Facultad de Arquitectura y en la Escuela de Filosofía de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario.
Fue alumno del taller del artista Juan Grela. Participa desde 1975 en exposiciones colectivas, desde 1977 en muestras individuales. 
 
En 1975, integró el “Grupo Rosario”; constituido por los artistas plásticos: Rodolfo Elizalde, Emilio Ghilioni, Arnoldo Gualino, Alberto Macchiavelli, Daniel Scheimberg, Celia Fontán, Nélida Curvale.
Durante 1978, realiza el film “Hacia un cubismo cinematográfico”, con la colaboración de Mario Piazza.
En 1982 publica la primera edición de su “La desfocalización en función de el espacio” (de-focousing in relation to space), en 1989, publica fragmentos del libro “Cierre”, ambos presentados en la galería Julia Lublin, Buenos Aires, Argentina.
Scheimberg ha participado en bienales internacionales como las de Medellín y São Paulo.




En 1998 fue finalista del premio “Arcotipo de Plata”, de la feria Arco (Madrid, España). Poseen obra suya colecciones públicas y privadas, entre ellas cabe destacar las del Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino (Rosario), el Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (Macro), el Museo de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez (Santa Fe), Espacio 1414 (Puerto Rico), el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo de Costa Rica, el Jewish Museum of Florida (EE. UU.) y el Museo Sefaradí de Caracas.
De 1985 a 1992 vivió en Buenos Aires, donde hoy reside. Vivió de 1992 a 2005 en San José de Costa Rica. Ha expuesto en renombradas galerías tales como Kevin Bruk (Miami), Jacob Karpio, Klaus Steinmetz (Costa Rica), Thomas Cohn (Río de Janeiro, Brasil), Ramis Barquet (Nueva York.
Desde 1991 en Ferias de Arte Internacionales como Armory show en Nueva York, Art Miami, Arte BA, Fiart, FIA, Arco, Art Chicago y Art Basel Miami. Expuso en galerías y museos de Argentina, Colombia, Venezuela, Costa Rica, Brasil y Estados Unidos.





OBRA
De diario “La Capital” de Rosario, publicado el 06-03-11 Fragmento del texto del catálogo. Beatriz Vignoli es la curadora de Pinturas.
"Daniel Scheimberg es un pintor que ubica su obra en una intersección de la abstracción y la representación, negociando constantemente entre las dos", escribe el artista y teórico estadounidense Peter Halley en el prólogo a la tercera edición (aún inédita) de su manifiesto: “La desfocalización en función del Espacio”; su intento de superar esta polaridad, de crear una dialéctica a partir de este modelo binario que ha definido la clasificación de las imágenes que hacemos a diario, presenta un austero y silencioso desafío a la historiografía del arte".






Desde mediados o fines de la década del ´70, Daniel Scheimberg construye sus espacios pictóricos de un modo comparable a como un novelista construye los universos de sus ficciones, es decir: dominando técnicamente el lenguaje que le permite evocar la presencia de cada objeto, figura o personaje, sin nombrarlo.
Y su lenguaje es único, lo descubrió a partir de los quince años, desenfocando la vista. 
Este ejercicio hacía entonces que los contornos ante sus ojos se volvieran borrosos. Luego se dio cuenta de que los conceptos pictóricos tradicionales no son aplicables a la percepción ni a la representación; pensó y aún sostiene que un lenguaje de la pintura adecuado a la realidad de la visión humana de ningún modo es el que establece la concepción renacentista.
Scheimberg es consciente del problema y lo aborda con otras leyes. Esas leyes no son caprichosas, ni arbitrarias ni meramente teóricas.
Antes de formularlas, las investigó empíricamente, primero con sus propios ojos y luego las corroboró en fotografía. 
Si bien con algunas diferencias —dado que la visión es estereoscópica y la cámara tiene sólo una lente— la foto confirmaba lo que sus ojos habían experimentado.






Por medio del spray gun (herramienta similar al aerógrafo) llegó a dominar el “sfumato” hasta conseguir imágenes fuera de foco logrando representar de un modo distinto la visión humana -parece otro mundo pero se trata de éste; sólo hay que mirar para entrar-, exhaladas más que pintadas sobre la tela.
En la primera edición de su manifiesto “La desfocalización en función del espacio”, publicado en el 1982, Scheimberg enuncia las leyes ópticas que rigen el campo de lo que él denomina "desfocalización".
Siempre me asombró esta capacidad suya de crear un nombre, como lo hacen los filósofos o los científicos. De hecho Scheimberg es un poco de las dos cosas, además de pintor.

El rigor con que piensa su oficio y sus imágenes le debe bastante a su formación en el taller de Juan Grela y en la carrera de Filosofía de la UNR.
Habiendo aprendido previamente el comportamiento de los colores pigmento, que a la inversa del fenómeno lumínico, cuando se mezclan, pierden luz, experimentó con sus propios ojos los colores luz, entendiendo a cabalidad la lógica del círculo cromático aditivo. Descubrió así que, al desenfocar o desfocalizar la vista, los colores de las superficies opacas comienzan a comportarse como si fueran luz. Un descubrimiento revolucionario, hecho a temprana edad.
Igualmente apasionante es lo que sucede en ese espacio con el sentido. Scheimberg se da por satisfecho cuando un espectador ante un cuadro suyo le pregunta: 
                         "¿Qué es?". Esto significa que sabe que está viendo un objeto, aunque no pueda nombrarlo: "Sabe que ahí hay algo, pero no sabe qué es".





Un grado muy alto de fuera de foco le permite a Scheimberg hacer presente el objeto sin que su contorno sea lo suficientemente preciso para hacerlo reconocible trayendo a la conciencia su nombre.
El espectador ve mutar lo que mira en diversos momentos: una vacilación del sentido en el umbral de la palabra que en lo psicológico es la materialización misma de la angustia de la incertidumbre.
Al igual que sus otros colegas rosarinos geniales, emigró al extranjero. El éxodo y el exilio, el mitzraim, son constantes en la espiritualidad judía en la que Scheimberg arraiga su obra.
A la luz del conocimiento místico, el espacio pictórico de los objetos de Scheimberg puede interpretarse como un tiempo: un tiempo de espera ante el misterio de lo aún no revelado.
"¿Cuándo se revela esto?" le preguntó una vez un niño al ver uno de sus cuadros. "No recuerdo lo que le respondí, pero lo importante es la pregunta".


     Artículo en “Historia del Arte en Rosario”: www.arnoldogualino.com.ar
     Información Cultural: www.arnoldogualino.blogspot.com.ar
   

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