DIANA RANDAZZO, Artista Plástica
Nace en Rosario, Argentina. En 1979, se diploma como Licenciada
Nacional en Artes Visuales, en la Facultad de Humanidades y Artes, de la
Universidad Nacional de Rosario (U.N.R).
Participa en talleres de clínica de obra con Horacio Zabala en Rosario y
Eduardo Médici en Buenos Aires.
Actualiza sus conocimientos de Arte Contemporáneo con Laura
Batkis en Capital Federal.
Son numerosas las muestras, distinciones y Premios obtenidos
para citar algunos: En 1985, Primer premio Salón Nacional de Artes Plásticas
San Lorenzo. En1995, Primer Premio Salón Shering, Buenos Aires.
En 1992: 4th Prize Third Postage Stamp Design Contest, Tokyo,
Japón. En el 2002, Mención especial Salón Bollini, Buenos Aires.
Premio en el XLIII Salón de Arte Contemporáneo de Amigos del
Arte, año 2003. Premio Salón de la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos,
Buenos Aires.
En el 2001, seleccionada como aspirante a beca, del Salón Anual de Arte de Santa Fe.
Obra
“Parte de este conjunto de obras, fueron ejecutadas por Diana
Randazzo, para presentarlas durante el 2010, en el Centro Cultural Recoleta.
Nacidas en su corazón,
apuntan directamente al corazón de todos.
Se apropia del profundo conocimiento de la “meditación sin
objeto”, en silencio, sin la palabra; como un retorno al espíritu puro y
original del ser humano.
El arte es un territorio fértil para los Mandalas, abundantes en
los momentos históricos de mayor espiritualidad, como en la Edad Media, basta
confirmarlo frente al rosetón o al laberinto de una catedral gótica, la planta
cruciforme de un templo románico o la de un minarete espiralado musulmán.
Estas figuras hoy va recuperando su protagonismo en el Arte;
Diana es una de ellas.
Una de sus obras es una Instalación, se vale de los descartables
disquitos CD espejados y brillantes, superficie reflejante que incorpora al
espectador, como parte de un universo armónico. Los ha intervenido como quien
pinta un ícono bizantino, en actitud de rezo y meditación.
Otra de sus obras, compuestas de cuatro formas circulares que
contienen imágenes tomadas del macro y
del microcosmo de la naturaleza; organizado como una forma sagrada.
El conjunto parece girar sobre un centro muy arcaico y universal
antes de ser apropiado por los nazis como la svástica.
Un componente presente es un Sutra del corazón; enseñanzas
transmitida por Buda entre otras cosas dice:
“en el vacío no hay forma,
ni sensación, ni percepción, ni impulso, ni consciencia; ni ojo, ni oído, ni
nariz, ni lengua, ni cuerpo, ni mente; ni formas, ni sonidos, ni olores, ni
sabores, ni cosas tangibles, ni objetos de la mente, ni elementos del órgano
visual, y así sucesivamente hasta que llegamos a la ausencia de todo elemento
de consciencia mental”.
Es el corazón el que comprende, el origen del budismo Zen se
fundamenta sobre un gesto de Buda cuando se le preguntó como cesa el
sufrimiento humano.
“Él cortó una flor y con una sonrisa disfrutó de su aroma”.
Artículo: Arnoldo
Gualino
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