FORNO, Liliana
Pintora
Nacida en Rosario. Realiza sus estudios e la Facultad de
Humanidades y Artes, egresando con el título de Licenciada en Artes visuales,
con especialización en Dibujo y Pintura.
Realizó talleres de perfeccionamiento con el profesor Luís
Ramoneda, los artistas Néstor Cruz;
Jorge Melo (ambos de Buenos Aires) y con la profesora Martha Magnani.
Expone desde el año 1986, realizando muestras individuales y
colectivas en Centros Culturales, Fundaciones, Galerías de Arte y Museos en el
país y el exterior.
Su obra fue seleccionada en numerosos Salones Provinciales y
Nacionales, obteniendo premios y distinciones.
“Liliana Forno,
artista plástica con definidos objetivos y sólida formación.
Predominio del dibujo,
temáticas reales e imaginarias, en forma de iconos.
Sin lugar a dudas, en
lo personal y afectivo, manifiesta atención del acontecer humano y su
problemática social.
A partir de símbolos
universales acompañados por una acertada paleta, logra un claro mensaje
expresivo-reflexivo del mundo que la rodea.
Equilibrio, proporción
y ritmo, están presentes en sus composiciones”
Lic. Diana de Vasconcellos
“Las obras de Liliana Forno denotan un
profundo y sensible mensaje sustentado por el conocimiento y la experiencia del
oficio.
Junto a una bien
elegida temática y al sensible manejo compositivo y cromático, ponen de manifiesto, sus sentimientos más elevados.
Realizaciones que
logran conmover y despertar recuerdos en el Mundo interior. Obras perceptivas
que perduran en el tiempo”.
Graciela Díaz,
directora y galerista.
Liliana Forno habla de su obra:
“Hubo diferentes
épocas; épocas de sillas, dispuestas para invitar a sentarse a quien viniera de
visita.
Composiciones de
sillas, junto a floreros, cortinas, paisajes, trabajadas en colores ocres,
tierras, violetas.
Luego llegó la época
de homenajes; como fueron: Van Gogh y
Frida Kahlo, a quienes admiro profundamente por lo que transmiten sus obras,
por los colores, por su vida de luchas y tormentos.
Después comenzaron las
composiciones con puertas y ventanas ruinosas, rincones donde se juntaba un
sombrero roto, zapatos en desuso, cortinas gastadas, o cualquier otro elemento
que había quedado en el tiempo. Así me introduje en la pintura intimista.
También hubo cartas,
esas que hoy quedaron en el recuerdo; relojes, los que dejaron escapar sus agujas
porque ya no funcionan, los relojes sin tiempo.
Más tarde incorporé el
collage, interviniendo fotos, mezcladas entre cartas o sobres rotos.
Continué con fotos de
familia, intentando armar un “gran álbum de familia"; titulo que asigné a
una de mis muestras.
Acuerdo con una frase del pintor Quinquela Martín: "Cada
artista debe consagrarse a lo suyo; lo esencial no es renovar los temas sino
renovarse a uno mismo dentro de los temas, crear nuevos mundos sin salir de ellos.
Porque he puesto mi
alma en lograrlo; creo haberlo alcanzado”.
Artículo: Arnoldo Gualino
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