Pintor, Ceramista Y Poeta
Nació
el 20 de Marzo de 1922 en Rafaela Pcia. de S. Fe, Rep. Argentina.
En la
Escuela Normal tuvo el honor de recibir los conocimientos de las hermanas Cossettini; Olga como regente de la
institución y Leticia su maestra.
De
niño tuvo afición por el dibujo el color y el modelado.
Recibió
estudios de piano con Mary Flores.
Años
después se traslada para trabajar en un banco e iniciar estudio del Dibujo y la
Pintura en Céres; pueblo al norte de la provincia de Santa Fe.
Desde
los 17 años había trabajado como bancario, en Rosario continuó como empleado la
sede central del Banco Nación.
Estudió
pintura en el taller del pintor Oscar Herrero Miranda.
En
1951, obtiene el Primer Premio en el “Primer
Salón de Arte Moderno de Rosario”, con un óleo: “Temas para un azul”.
A
través de su maestro Herrero Miranda conoce algunos artistas-pintores que pocos
años antes habían constituido el: “Grupo
Litoral”.
En
1952 es considerado e invitado a integrar dicha agrupación.
La misma estaba
integrada por: Leonidas Gambartes,
Juan Grela, Enrique Uriarte, Francisco García Carrera, Santiago Minturn Zerva,
Alberto Pedrotti, Froilán Ludueña, Hugo Ottmann, Ricardo Warecki, Oscar Herrero
Miranda, García Almada y Pedro Giacaglia.
Expuso
sus obras con el grupo desde 1952 hasta 1958 en Rosario, Buenos Aires, La
Plata, Santa Fe, Posadas, Resistencia, Tucumán, Mendoza, Paraná y La Rioja.
Incursionó
en el comentario periodístico sobre las Artes Plásticas y en el terreno
poético-literario.
Su vivienda taller en Rosario, era un edificio céntrico próximo a la vieja estación Central
ferroviaria; que tenía vista al río Paraná; fascinante panorámica de agua e
islas, temática recurrente.
Muchos
de sus comentarios de poesía y arte eran publicados a través del diario
vespertino “La Tribuna”; ubicado en
calle Santa Fe 946 de Rosario. En este diario había participado el pintor Julio
Vanzo como ilustrador.
Giacaglia
realizó estudios de cerámica en los talleres de Susana Hertz y Delfina
D’Alessandro.
Buscando un espacio amplio y campesino; en
1972, se trasladó a la ciudad de Roldán; localidad próxima a Rosario, allí
fundó el: “Taller del Sol”: un
espacio para producir, enseñar y constituir su vivienda.
Durante
1987 lleva a cabo un viaje a Europa; con la inquietud de estudiar en Italia,
Francia y España la pintura del siglo XX.
En
1996, dictó clases de pintura invitado por la Universidad de la Laguna,
Tenerife, España.
Grabó
sus poemas en un long play, compartiendo el lado a con la poeta Beatriz
Pozzoli; y el lado b: “Tiempo para el
Ángel”; con un fondo musical del profesor en guitarra, Juan Di Lorenzo; Producciones
Matus, Estudio Phonal.
Falleció
en Rosario, el 6 de septiembre de 1997 a los 76 años, siendo declarado en marzo
del año siguiente “Ciudadano Ilustre de
Rosario”; por su compromiso con la Pintura.
Primer
Premio Pintura, Primer Salón de Arte Moderno organizado por Amigos del Arte,
Rosario, Argentina, 1951; y Primer Premio Pintura Adquisición, Salón para
Artistas Rosarinos en el Museo de Arte Juan B. Castagnino, Rosario, Argentina,
1963.
Poseen
obra suyas colecciones privadas y museos de la Argentina; y países del
extranjero como Paraguay, Brasil, Perú, México, Estados Unidos, Italia, Francia
y la India.
En
2003, la Galería de Arte Stein, le tributó un homenaje junto con los alumnos de
su taller.
Poseen
obra suyas colecciones privadas y museos de la Argentina; y países del
extranjero como Paraguay, Brasil, Perú, México, Estados Unidos, Italia, Francia
y la India.
Cultura Mermelada
Desde
los sectores de la Cultura y la Plástica, la década de los´60 constituye un
período potencialmente de transformación.
En la ciudad de Rosario se manifestaba un grupo de
jóvenes artistas plásticos vanguardistas, politizados, combativos y de
renovación.
Rompían y combatían contra una línea de cultura dominante aburguesada,
frívola, decorativa; entre algunos de los artistas rosarinos considerados estaba Pedro
Giacaglia.
A
esta línea con ironía la denominaban: “Cultura
Mermelada”.
La “Cultura Mermelada”, constituyó uno de
los primeros manifiestos redactados en septiembre de 1966, por artistas
plásticos; muchos de ellos, tiempo
después tuvieron parcipación en la acción: “Tucumán Arde”.
Integrado
por: Juan Pablo Renzi, Eduardo Favario, Estela Molinaro, Osvaldo Mateo
Boglione, Silvia James, Fernando Adrián Barbé, Guillermo Tottis, Ana María
Giménez, Martha Greiner, Carlos Gatti, Rodolfo Elizalde, Emilio Ghilioni, Aldo
Bortolotti, Mónica Gárate, Edmundo Giura, Coti Miranda Pacheco, Jorge
Slullitel, José María Lavarello.
Parte
del manifiesto:
"La razón que nos obliga a
denunciar esta conspiración contra el Arte en este suelo, es que, como
pintores, hemos decidido asumir pública e independientemente nuestras
posiciones, y luchar por un esclarecimiento del espectador que hasta la
actualidad estaba obligado a escuchar una sola voz. En este sentido refirmamos
una vez más nuestra defensa de una pintura seria, profunda, creadora y
revolucionaria, que aporte siempre nuevas posibilidades de conocimiento y de
emociones al observador; una pintura de estudio, de investigación, que
sintetice de manera expresiva las posibilidades intelectuales de quienes la
hacen".
Obra
Durante
1950; la época que concurría al taller de Herrero Miranda; sus obras revelaban
aproximaciones a la abratracción geométrica.
Pone
de manifiesto una actitud rebelde contra los convencionalismos académicos y a
la vez consustanciado con lo regional.
Su
obra define un clima de nuestro espacio geográfico; un lenguaje, códigos y
formas propias. Son escencias y
vivencias consustanciadas con la primera etapa de su vida en una zona próxima
a lo rural.
La imagen hace un trayecto desde una figuración imaginativa muy simple, hacia la no-figuración; que él llamó un expresionismo abstractizante.
Conocedor de técnicas y conocimientos pictóricos construyó una cuantiosa obra exigida, muy personal; sin pretensión decorativa.
Contiene una poética altamente sensible, se enfatiza el protagonismo
y la libertad del color; a través de los contrastes cromáticos, crean una
atmósfera de imágenes que remiten a paisajes fantásticos.
Formas
libres, dinámicas y espaciales; una resultante expansiva y vital.
El
juego de las formas a partir de los espacios del color.
Conocedor de las técnicas pictóricas construyó una cuantiosa obra exigida,
muy personal; sin pretensión decorativa.
Investigación:
Arnoldo Gualino
Fuentes
bibliográficas: arnoldogualino.com.ar
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